La respiración es contamina el ambiente de dos formas: con el dióxido de carbono y, en casos menos frecuentes, con distintos tipos de bacterias patógenas. Para evitar riesgo, es necesario una buena ventilación consistente en renovación del aire cada 4-6 horas. La velocidad del aire debe ser de 4,25 m a 7,50 m por minutos y no más, evitando las corrientes de aire.
La mejor iluminación es la natural y el cielo debe verse desde todas las dependencias de la vivienda. Cuando se necesite la iluminación artificial, ésta debe variar según la finalidad a la que esté destinada.
La iluminación natural no sólo es más alegre que la artificial, sino que también resulta más saludable.
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