24/12/13

FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO Y CARDÍACA

Fisiología del ejercicio
   Ante de comenzar realmente el ejercicio, el cerebro se prepara para ello emitiendo señales estimuladoras del sistema nervioso vengativo que hacen aumentar la frecuencia y la fuerza de la contracción cardíaca. De esta forma, comienza a aportar más cantidad de oxígeno a la musculatura que de un momento a otro se va a contraer.
   Por otro lado, la estimulación simpática provoca un estrechamiento de los vasos de todo el cuerpo, salvo el corazón y los del cerebro, además de los músculos que se contraigan. Así se aumenta el gasto cardíaco (cantidad de sangre capaz de ser expandida por el corazón). El ejercicio intenso hace que la corteza motora emita señales de las fibras nerviosas simpáticas que dilatan las arterias y vasos de los músculos, y además, se estimula el sistema nervioso simpático correspondiente, que aumenta de forma considerable la presión arterial.
Fisiología cardíaca 
   Durante el ejercicio físico los tejidos llegan a requerir hasta veinte veces más oxígeno que lo habituales en estado de reposo, para lo cual se necesita no sólo captarlo en los pulmones sino transportarlos hasta los músculos.
   A más ejercicio, más oxígenos se necesita y más gasto cardíacos tendrá que efectuar el corazón para hacerlo llegar a los tejidos musculares.
   Hay que pensar que en ocasiones de ejercicio intensísimo, el gasto cardíaco aumenta en 6 o 7 veces su valor normal de reposo, llegando el corazón a expedir valores de hasta 30-35 litros de sangre por minuto.
   El ejercicio está totalmente limitado por capacidad de entrada de oxígeno y por capacidad de aumentar el gasto cardíaco. Ante esta situación, este último factor se ve beneficiado por una serie de hechos y acciones que colaboran en el aumento. Ya se ha hablado del sistema nervioso, pero también influyen el aumento de tono de los músculos y el propio aumento en las necesidades de oxígeno que, al provocar la liberación de diversas sustancias, produce dilatación de los vasos locales a nivel muscular y esto hace aumentar el gasto cardíaco.
   Por ello, es muy importante que aquellas personas que van a realizar ejercicios físicos intensos pasen previamente un control médico.
   La práctica de deportes organizados pueden resultar muy beneficiosa para la salud del individuo. Sin embargo, la competición suele exigir un nivel de esfuerzo superior al otro tipo de ejercicios no competitivos, por lo que es conveniente que el deportista esté bajo control médico.  

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