Algunas personas realizan actividades musculares mientras trabajan. Es el caso de un deportista profesional. Estas personas no sólo practican su disciplina sino que efectúan un ejercicio regular que lo complemente. Otras muchas personas llevan una vida sedentaria.
Entre estos dos extremos se hallan personas que realizan ejercicios gimnásticos suaves, los deportistas amateurs, el deportista ocasional que fuerza su organismo un día de forma esporádica sin llevar un ritmo regular de ejercicio y sin siquiera respetar el precalentamiento.
Para lograr estar en forma se debe realizar una serie de ejercicios que en conjunto actúen sobre toda la anatomía. Los deportistas desarrollan más unas determinadas cualidades del cuerpo; la halterofilia desarrolla la fuerza, la carrera la velocidad y la resistencia, la lucha la flexibilidad y la fuerza, etc. Por este motivo los deportistas requieren ejercicios gimnásticos complementarios.
No existen un deporte que desarrolle por igual las cuatro características (flexibilidad, velocidad, fortaleza y resistencia), y que lo haga sobre todos los grandes grupos musculares y otros sistemas del organismo. Con todo, cualquier deporte los desarrolla con mayor o menor intensidad y sólo se necesita un complemento a la práctica del deporte elegido.
La característica más importante es la resistencia, ya que tiene una gran relación con el aparato cardiocirculatorio. Así, mejor que el tenis son el (jogging) o la natación, pues en estos deporte la actividad es continua y el corazón fácilmente sobrepasa los 150 latidos por minuto, lo que es altamente beneficioso (Kenneth Cooper). Esto no descalifica en absoluto la práctica del tenis o de la marcha, pues no sólo constituyen un complemento perfecto, sino que, en el caso de la marcha, e incluso del paseo, es una actividad muy saludable para las personas de edad.
Dar unas normas concretas y pormenorizadas para realizar ejercicio es imposible. Cada persona es un mundo y lo mejor es consultar al médico sobre el plan trazado, los limites a los que se pueden llegar, etc..
Como normas generales, la actividad que se escoja debe practicarse progresivamente y de forma regular para evitar sustos innecesarios. Lo ideal sería 1 o 2 horas al día de diversos tipos de ejercicios en que se combinasen deporte y gimnasia complementaria pero, dedo lo difícil que es esto, conviene hacerlo, al menos, 2-3 veces a la semana y complementarlo con gimnasia casera diaria, realizando unos 20 o 30 minutos en dos sesiones, una al levantarse y otra antes de acostarse.
Entre estos dos extremos se hallan personas que realizan ejercicios gimnásticos suaves, los deportistas amateurs, el deportista ocasional que fuerza su organismo un día de forma esporádica sin llevar un ritmo regular de ejercicio y sin siquiera respetar el precalentamiento.
Para lograr estar en forma se debe realizar una serie de ejercicios que en conjunto actúen sobre toda la anatomía. Los deportistas desarrollan más unas determinadas cualidades del cuerpo; la halterofilia desarrolla la fuerza, la carrera la velocidad y la resistencia, la lucha la flexibilidad y la fuerza, etc. Por este motivo los deportistas requieren ejercicios gimnásticos complementarios.
No existen un deporte que desarrolle por igual las cuatro características (flexibilidad, velocidad, fortaleza y resistencia), y que lo haga sobre todos los grandes grupos musculares y otros sistemas del organismo. Con todo, cualquier deporte los desarrolla con mayor o menor intensidad y sólo se necesita un complemento a la práctica del deporte elegido.
La característica más importante es la resistencia, ya que tiene una gran relación con el aparato cardiocirculatorio. Así, mejor que el tenis son el (jogging) o la natación, pues en estos deporte la actividad es continua y el corazón fácilmente sobrepasa los 150 latidos por minuto, lo que es altamente beneficioso (Kenneth Cooper). Esto no descalifica en absoluto la práctica del tenis o de la marcha, pues no sólo constituyen un complemento perfecto, sino que, en el caso de la marcha, e incluso del paseo, es una actividad muy saludable para las personas de edad.
Dar unas normas concretas y pormenorizadas para realizar ejercicio es imposible. Cada persona es un mundo y lo mejor es consultar al médico sobre el plan trazado, los limites a los que se pueden llegar, etc..
Como normas generales, la actividad que se escoja debe practicarse progresivamente y de forma regular para evitar sustos innecesarios. Lo ideal sería 1 o 2 horas al día de diversos tipos de ejercicios en que se combinasen deporte y gimnasia complementaria pero, dedo lo difícil que es esto, conviene hacerlo, al menos, 2-3 veces a la semana y complementarlo con gimnasia casera diaria, realizando unos 20 o 30 minutos en dos sesiones, una al levantarse y otra antes de acostarse.
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