El rendimiento físico de la mujer es, por término medio, un 20-30 % menor al del hombre. Este hecho responde a la diferenciación desde el momento de la pubertad, estableciéndose en relación a la resistencia a grandes y medios esfuerzos además de la fuerza muscular. En el caso de la flexibilidad son las mujeres las que, en muchas ocasiones, la tienen más desarrollada.
Con la práctica de la gimnasia, el aspecto del cuerpo de una mujer alcanzará el patrón clásico de belleza y el máximo de salud, bienestar corporal, agilidad y fortaleza.
Ha habido muchos tópicos que deben desmitificarse sobre el ejercicio físico y la mujer.
La actividad física, sea gimnasia o deporte, no tiene ninguna incidencia negativa sobre la menstruación e incluso puede afirmarse que la mujeres que realizan ejercicios gimnásticos o algún deporte tiene la regla más llevadera y menos dolorosa. En las Olimpiadas de Munich en 1972, se realizaron estudios en este sentido y se comprobó que incluso algunas ganadoras de medallas eran mujeres que estaban reglando.
Las glándulas mamarias en la mujer constituyen casi siempre una molestia al practicar algún deporte (usar sujetadores que mantengan los senos firmemente pegados al tronco) y a veces hacen que sean desaconsejable la práctica de otros que puedan provocar traumatismos de mama (boxeo, lucha), pues, además de ser mal tolerados psíquicamente, la incidencia de cáncer de mama está en relación con el antecedente de traumatismos repetidos. Existen ejercicios gimnásticos que refuerzan los senos y que sirven para darle firmeza. Por ejemplo, coger un peso de 1,5 o 2 kg y mantenerlos, para irlo subiendo lentamente hasta la horizontal; tras permanecer así unos instantes, continuar hasta la vertical e invertir el proceso.
Durante el embarazo normal, y salvo indicación en contra del médico, no hace falta suspender la práctica de un deporte moderado antes del tercer mes, ni tampoco suspender los ejercicios gimnásticos durante todo el embarazo. La actividad física y la continuación de la vida normal es beneficiosa para la embarazadas. Excepciones a esto son los problemas en el embarazo o bien, aun en una gestación normal, la práctica del submarinismo (puede producir aborto por traumatismo placentario por presión), la equitación, el esquí, el alpinismo y todos aquellos deportes o actividades que impliquen ciertas violencias en su práctica. La embarazadas debe descansar 8 horas al día y un rato tras el almuerzo. La fatiga está desaconsejada, a diferencia del yoga, la gimnasia sueca, los paseos y la natación moderada y sin esfuerzos.
Para el parto existen una serie de ejercicios que constituyen un tipo de gimnasia denominada psicofísica, realizada en grupos de 8-10 personas y a partir del 4.º mes de embarazo. Son enseñanzas teóricas y ejercicios físicos que intentan romper el circulo vicioso miedo-contracción-dolor, inculcando en la embarazada seguridad, aceptación y colaboración de cara al parto. Los ejercicios tonificados la musculatura abdominal y diafragmática, mejoran la respiración y la circulación de las extremidades inferiores, combatiendo al mismo tiempo la obesidad, si la hay, de la gestante.
Tras el parto no es aconsejable la realización de ejercicios deportivos hasta pasadas 8 semanas. Por otro lado puede ser conveniente, y bajo control médico, hacer gimnasia de los músculos abdominales que han estado distendidos durante la gestación.
El cambio en la disposición del peso corpóreo, ligado a la modificaciones de los diversos órganos y aparatos, al depósito de grasa y a la retención hídrica, lleva a la embarazadas a adoptar un peso excesivo. Dejando de lado que una modificación del porte, destinado a mantener el equilibrio, es necesaria, algunas otras posturas deben ser evitadas, porque son antifisiológicas y pueden, en algunos casos, provocar fastidiosas dolencias en la región lumbar.
Con la práctica de la gimnasia, el aspecto del cuerpo de una mujer alcanzará el patrón clásico de belleza y el máximo de salud, bienestar corporal, agilidad y fortaleza.
Ha habido muchos tópicos que deben desmitificarse sobre el ejercicio físico y la mujer.
La actividad física, sea gimnasia o deporte, no tiene ninguna incidencia negativa sobre la menstruación e incluso puede afirmarse que la mujeres que realizan ejercicios gimnásticos o algún deporte tiene la regla más llevadera y menos dolorosa. En las Olimpiadas de Munich en 1972, se realizaron estudios en este sentido y se comprobó que incluso algunas ganadoras de medallas eran mujeres que estaban reglando.
Las glándulas mamarias en la mujer constituyen casi siempre una molestia al practicar algún deporte (usar sujetadores que mantengan los senos firmemente pegados al tronco) y a veces hacen que sean desaconsejable la práctica de otros que puedan provocar traumatismos de mama (boxeo, lucha), pues, además de ser mal tolerados psíquicamente, la incidencia de cáncer de mama está en relación con el antecedente de traumatismos repetidos. Existen ejercicios gimnásticos que refuerzan los senos y que sirven para darle firmeza. Por ejemplo, coger un peso de 1,5 o 2 kg y mantenerlos, para irlo subiendo lentamente hasta la horizontal; tras permanecer así unos instantes, continuar hasta la vertical e invertir el proceso.
Durante el embarazo normal, y salvo indicación en contra del médico, no hace falta suspender la práctica de un deporte moderado antes del tercer mes, ni tampoco suspender los ejercicios gimnásticos durante todo el embarazo. La actividad física y la continuación de la vida normal es beneficiosa para la embarazadas. Excepciones a esto son los problemas en el embarazo o bien, aun en una gestación normal, la práctica del submarinismo (puede producir aborto por traumatismo placentario por presión), la equitación, el esquí, el alpinismo y todos aquellos deportes o actividades que impliquen ciertas violencias en su práctica. La embarazadas debe descansar 8 horas al día y un rato tras el almuerzo. La fatiga está desaconsejada, a diferencia del yoga, la gimnasia sueca, los paseos y la natación moderada y sin esfuerzos.
Para el parto existen una serie de ejercicios que constituyen un tipo de gimnasia denominada psicofísica, realizada en grupos de 8-10 personas y a partir del 4.º mes de embarazo. Son enseñanzas teóricas y ejercicios físicos que intentan romper el circulo vicioso miedo-contracción-dolor, inculcando en la embarazada seguridad, aceptación y colaboración de cara al parto. Los ejercicios tonificados la musculatura abdominal y diafragmática, mejoran la respiración y la circulación de las extremidades inferiores, combatiendo al mismo tiempo la obesidad, si la hay, de la gestante.
Tras el parto no es aconsejable la realización de ejercicios deportivos hasta pasadas 8 semanas. Por otro lado puede ser conveniente, y bajo control médico, hacer gimnasia de los músculos abdominales que han estado distendidos durante la gestación.
El cambio en la disposición del peso corpóreo, ligado a la modificaciones de los diversos órganos y aparatos, al depósito de grasa y a la retención hídrica, lleva a la embarazadas a adoptar un peso excesivo. Dejando de lado que una modificación del porte, destinado a mantener el equilibrio, es necesaria, algunas otras posturas deben ser evitadas, porque son antifisiológicas y pueden, en algunos casos, provocar fastidiosas dolencias en la región lumbar.
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