24/12/13

EL EJERCICIO FÍSICO

  En los últimos años hubo un importante incremento en la formación, divulgación y práctica del ejercicio físico como fuente de salud y como medida de prevención de muchas enfermedades derivadas de la vida moderna. en poco tiempo se han empezado a ver personas de todas las edades, vestidas con prendas deportivas, corriendo o paseando por los jardines de las grandes ciudades o por los pocos espacios verdes naturales que rodean las moles de asfalto y cemento.
   Que el ejercicio físico realizado correctamente es beneficioso, es indudable, pero muchas personas se plantean la cuestión: ¿tan necesario resulta practicar algún tipo de ejercicio físico? Antes de responder a esta pregunta se debe distinguir tres formas de hacer ejercicios: el realizado por el profesional como medio de vida; el realizado como amateur pero desde la óptica de la competición y el realizado como amateur sin excesivas aspiraciones deportivas.
   Practicar ejercicios de esta última forma, sí es necesario e interesante. El ejercicio, sea deporte, juego o gimnasia, no implica una vida exenta de enfermedades y llenas de salud, no es ninguna panacea, pero sí ayuda, colabora, a mantenerla; previene muchas enfermedades que van apareciendo a lo largo de los años y es una medida terapéutica más en el tratamiento de algunas enfermedades y dolencias. 
   El cuerpo humano es una (máquina) nacida para moverse y no llevar una existencia sedentaria. El ritmo impuesto por la vida y la sociedad moderna, además del que imponen muchos de los trabajos actuales, requieren largas horas de sedentarismo e interiorismo tanto personal como social. De esta forma, la (máquina) humana no se mueve lo necesario y se (oxida). El ejercicio físico viene a ser como el aceite que engrasa la maquinaria y evita que ésta se estropee y oxide. Ayuda a que el envejecimiento natural, fisiológico y normal inherente a todo ser vivo sea más llevadero.
   El organismo poco activo se vuelve más sensible a las agresiones que se le inflijan, provocando reacciones más exageradas. Se considera que la falta de actividad sana es responsable, en parte, alteraciones anímicas y enfermedades mentales como la neurosis.
   El movimiento es una actividad fundamental del organismo humano. Durante la niñez el individuo suele practicar incesantemente esta función vital, pero, más tarde, las obligaciones laborables del adulto le suelen constreñir a una vida sedentaria que sólo puede ser compensada con la gimnasia y el deporte. 
   El ejercicio que se practica de modo coherente a las posibilidades individuales, sin cometer excesos ni heroicidades, con un plan de acción racionalizada y bajo un control médico, es insustituible para la salud.
   Muchas veces, por las circunstancias que rodean a la persona, el ejercicio físico como actividad concreta a la que dedicar una buena parte del tiempo, no será factible. Pues bien, aun cuando, por el tiempo o por otras razones, no se pueda realizar ejercicio, sí, al menos queda la posibilidad de disminuir los efectos perjudiciales de una vida sedentaria subiendo las escaleras a pie, paseando un poco todos los días a la hora de ir de compras o a hacer un recado, yendo al trabajo andando si es posible y no cogiendo el coche cada vez que uno se tiene que desplazar. Hay que tener en cuenta que uno de los grandes males que pesan  sobre la salud de la persona es el exceso de automatización y de facilidad de transporte individuales de los tiempos modernos.

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