Hay una serie de costumbres saludables conocidas por todo el mundo: alimentación equilibrada, normalmente exenta de gran cantidad de grasa y proteínas, compuestas, preferentemente de alimentos naturales y frescos, ni en mucha ni en poca cantidad y acompañada de abundante agua que facilita la función renal: otra serie la importancia de caminar hasta la práctica de un deporte, todo ello en consonancia con la idiosincrasia del individuo, para favorecer el correcto mantenimiento de la máquina humana: la tranquilidad de un ritmo de vida sin ,stress, difícil de lograr en nuestra sociedad, muy beneficiosa, al igual que el dormir, descansar o simplemente gozar de sanas diversiones, entre la que se encuentra la trasnochar frecuentemente; la educación y, en general, la cultura, que no sólo favorecen el desarrollo psíquico-físico y la adaptación social del individuo, sino que también le acercan más al concepto general de salud, puesto que el conocimiento d nosotros mismos y de que nos rodea nos facilita el poder llevar una vida más sana; y por último, la higiene personal, en la que influye de forma notoria la educación y colabora en evitar que la salud se transforme en morbosidad.
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