25/12/13

LA PRESIÓN ARTERIAL

   La presión arterial aumenta con el ejercicio, motivo por el cual todas las personas que padezcan de hipertensión deben consultar al médico sobre la conveniencia o no y sobre la forma de hacer el ejercicio.
   El aumento, de 20 a 80 mm de mercurio, depende de la intensidad del esfuerzo. De este modo, si se hace ejercicio muscular pero sometido a una tensión elevada, la presión arterial aumenta hasta en 80 mm; ejemplo de ello sería clavar clavos en un techo. Un ejercicio que movilice mayor número de músculos, producirá una mayor dilatación de vasos sanguíneos musculares, con lo que la presión debida a la constricción de los vasos no musculares aumentará en menor medida, haciéndolo en unos 20-30 mm de mercurio; ejercicios de este estilo son la natación y el correr, por ejemplo.
   Personas en las que el sistema simpático no funciona, sufrirán unas bajadas de tensión y el gasto cardíaco no responderá a las necesidades del ejercicio. Hay que recordar que la capacidad para aumentar el gasto cardíaco, y por tanto aumenta el envío de oxígeno y otros nutrientes al tejido muscular en activo, es el factor que establece el grado de ejercicio que se puede realizar.
   Por ello, es evidente la importancia que tiene la visita a un facultativo para controle y asesore sobre el ejercicio que se quiera practicar.
   La capacidad de resistencia de los niños para el ejercicio físico es superior a la del adulto. Los niños suelen correr, saltar, moverse incesantemente durante todo el día sin llegar a fatigarse. 

   

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