El asbesto se puede tomar como ejemplo importante del efecto de una de tantas sustancias cancerígenas sobre el organismo.
El amianto o asbesto es el nombre genético de unos minerales compuestos por silicatos de estructura variada. De los diversos tipos de asbesto, el más importante es el crisólito.
La exposición, aparte de ser medioambiental, doméstica, geográfica, o por ingesta de aguas o alimentos contaminados, es industrial.
El cáncer, y fundamentalmente el del pulmón, como se ve en la radiografía, puede estar causado, en muchos casos, por la actividad laboral del individuo. De acuerdo con estadísticas recientes, la relación cáncer-trabajo se sitúa en cifras al 40 %.
En la industria la exposición puede ser ocupacional cuando se manipula directamente el material o paraocupacional cuando, sin ser manipulado directamente, el trabajador desarrolla su actividad en un lugar donde se encuentra este material o sus productos.
El asbesto, como producto industrial, sufre una serie de manipulaciones que tienen en mayor o menor grado, un cierto riesgo. Mientras la extracción, el transporte y la reparación de los frenos de coche no son muy contaminantes, la pulverización del mineral, la mezcla de fibras, el empleo en la construcción y en sistemas de calefacción, y las operaciones de cardado, hilado y limpieza de maquinarias textil, generan un mayor riesgo.
El asbesto se usa para gran cantidad de productos: se utiliza para la fabricación de baldosas, para materiales de aislamiento térmico y sonoro, para la industria automovilística (frenos y embragues), etc. Todos los trabajadores de esta industrias están en contacto con el asbesto.
Las fibras de asbesto mayores de 5 micras se quedan retenida en la fosa nasales y en los bronquios, mientras las inferiores a 1 micra llegan hasta el alvéolo. El organismo humano se encargará de eliminar el 98% de las fibras que hayan entrado.
La patología que provoca es: fibrosis pulmonar; lesiones pleurales (fibrosis, derrames, placas y mesoteliomas); neoplasias broncopulmonares (sobre todo si se asocia a tabaco); neoplasias o cánceres de tubo digestivos, y otros cánceres no totalmente confirmados, como el de laringe y el de mama; leucemia y otros.
La frecuencia del mesotelioma o tumor maligno de la pleura es de 1-2 personas al año por cada millón, según estadísticas efectuadas en Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá. Esta cifra, que puede parecer escasa, representa en la realidad una gran incidencia.
La prevención en el transporte de asbesto, debe hacerse a base de empaquetar el producto en sacos de polietileno. Los ambientes donde deba ser pulverizado deben estar húmedos, etc.
Prácticamente cualquier sustancia cancerígena actuará bajo este patrón.