Privación de sueño
Las pequeñas privaciones (2-4 días) afectan sobre todo a la percepción, la atención y la capacidad de concentración, manifestando normalmente irritabilidad. Este cuadro se manifiesta más en las personas con trabajos repetitivos y monótonos son aquellas que realizan tarea más intelectuales.
El récord en privación lo ostenta una joven de 17 años con un total de 264 horas sin dormir. Cuando se sobrepasan las 150 horas, aparecen graves trastornos en la actividad motora, en la palabra, en la visión, se producen microsueños (peligrosos en ciertos trabajos y en la conducción) y psicosis de sueño con delirios y alucinaciones, aunque estas últimas se suelen producir cuando ya se llevan algo más de 72 horas.
Un insomnio irreversible lleva al agotamiento y a la muerte. El insomnio, habitualmente presente en las sociedades modernas, es de múltiples orígenes, desconociéndose la causa real que lo produce. Así, los cambios de costumbres, condiciones ambientales diferentes, ruidos sustancias farmacológicas, ciertos estimulantes como el té o el café, dificultades económicas o emocionales, enfermedades, etc., son factores que lo provocan. Para tratar de curar el insomnio debe suprimirse la causa, pero como esto muchas veces es imposible, existen unos fármacos que usados prudentemente y siempre bajo un estricto control y prescripción médica, puede lograrlo. Los sedantes para dormir disminuyen la fase REM, pero cuando se suprime su ingesta, ésta aumente considerablemente, provocando un efecto de rebote con la aparición de tempestades vegetativas, es decir, con sueño por lo general molestos.
El sueño consta de dos fases igualmente importantes. La SOL, mediante la que se fabrica moléculas reparadoras, y la REM, en la que se restaura la noradrenalina y se consolida, la memoria y el aprendizaje.
Pautas del sueño
La duración del sueño no es para todos igual:el bebé duerme 20 horas, el niño de diez años unas 10 horas, el adulto de 7 a 8 horas y los mayores de 60 años unas 5 o 6 horas al día.
Si, tras dormir poco o mal, la actividad debe ser normal, la tensión muscular se eleva. De ello se deduce la necesidad de relajarse con un buen sueño. Por otro lado, las pautas del sueño no son rígidas, pues dependen de la personalidad del individuo de forma que hay personas que duermen más que otras. Así, las personas que duermen habitualmente durante un período considerado normal, cuando tienen problemas duermen más y cunado se encuentran que todo les va bien duermen menos, justamente lo contrario que lo que les sucede a los que ya de base son de buen dormir.
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