La células necesitan un medio externo con unas condiciones favorables para su desarrollo: intercambio continuo de materias y sustancias con el exterior; entrada de nutrientes y alimentación de los desechos de su metabolismo interno. Cuando una sustancia es introducida en una célula, ésta lo metaboliza, es decir, lo transforma para su aprovechamiento y posterior eliminación.
En el hombre, formado por cientos de millones de células interrelacionadas entre sí y con diversas funciones, la nutrición es una propiedad esencial y común a todos los seres vivos. La nutrición consiste en asimilaciones y desasimilaciones; un conjunto de intercambios con el exterior en forma de alimentación (entrada de nutrientes), metabolismo (transformaciones anabólicas y catabólicas) y excreción (eliminación al exterior).
La alimentación es el proceso de selección, preparación e ingestión de sustancias que el organismo necesita para satisfacer sus necesidades plásticas, energéticas y funcionales o reguladoras. La nutrición es el resultado del metabolismo de la alimentación.
La alimentación, resulta evidente, condicionará, y a su vez estará condicionada, por el metabolismo y la excreción y por tanto, a nivel general, será factor determinante en el correcto funcionamiento del organismo.
La ingestión de alimentos debe ser suficiente para cubrir las necesidades del metabolismo normal o adaptarse a cada circunstancias del individuo, y su composición debe respetar las proporciones idóneas que requiere el organismo, equilibrado la ingesta de ciertos alimentos con otros, dada la diferente proporción en grasa, proteínas y glúcidos que componen un alimento.
Déficit de diferentes sustancias, excesos de otras, desproporciones entre los primeros inmediatos, mala calidad de la alimentación, contaminación químicas o biológicas de los alimentos y sustancias alimentarias, etc., provocarán desequilibrios en el organismo y desembocarán en enfermedades y procesos patológicos.
La dietética y el dietista vigilan constantemente para que la relación alimentación-metabolismo sea la indicada a cada individuo y el médico debe aconsejar las diferentes dietas que puede tomar una persona y deberá prohibir la ingesta de otras que sean perjudiciales para su salud.
El estado, por medio de sus instituciones y organismos, debe velar por las condiciones higiénicas de los alimentos que están a disposición de los ciudadanos.
Una alimentación correcta y equilibrada es de suma importancia para la salud del individuo. Por el contrario, una alimentación inadecuada o deficiente puede ocasionar serios trastornos y enfermedades. Las pastas, por ejemplo, son de difícil digestión.
En el hombre, formado por cientos de millones de células interrelacionadas entre sí y con diversas funciones, la nutrición es una propiedad esencial y común a todos los seres vivos. La nutrición consiste en asimilaciones y desasimilaciones; un conjunto de intercambios con el exterior en forma de alimentación (entrada de nutrientes), metabolismo (transformaciones anabólicas y catabólicas) y excreción (eliminación al exterior).
La alimentación es el proceso de selección, preparación e ingestión de sustancias que el organismo necesita para satisfacer sus necesidades plásticas, energéticas y funcionales o reguladoras. La nutrición es el resultado del metabolismo de la alimentación.
La alimentación, resulta evidente, condicionará, y a su vez estará condicionada, por el metabolismo y la excreción y por tanto, a nivel general, será factor determinante en el correcto funcionamiento del organismo.
La ingestión de alimentos debe ser suficiente para cubrir las necesidades del metabolismo normal o adaptarse a cada circunstancias del individuo, y su composición debe respetar las proporciones idóneas que requiere el organismo, equilibrado la ingesta de ciertos alimentos con otros, dada la diferente proporción en grasa, proteínas y glúcidos que componen un alimento.
Déficit de diferentes sustancias, excesos de otras, desproporciones entre los primeros inmediatos, mala calidad de la alimentación, contaminación químicas o biológicas de los alimentos y sustancias alimentarias, etc., provocarán desequilibrios en el organismo y desembocarán en enfermedades y procesos patológicos.
La dietética y el dietista vigilan constantemente para que la relación alimentación-metabolismo sea la indicada a cada individuo y el médico debe aconsejar las diferentes dietas que puede tomar una persona y deberá prohibir la ingesta de otras que sean perjudiciales para su salud.
El estado, por medio de sus instituciones y organismos, debe velar por las condiciones higiénicas de los alimentos que están a disposición de los ciudadanos.
Una alimentación correcta y equilibrada es de suma importancia para la salud del individuo. Por el contrario, una alimentación inadecuada o deficiente puede ocasionar serios trastornos y enfermedades. Las pastas, por ejemplo, son de difícil digestión.
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