5/1/14

PARA UNA SEXUALIDAD SANA

  En el seno familiar una sexualidad sana debe proyectarse tanto sobre los padres como sobre los hijos.
   La información y la formación sexual son las vías para que los hijos asuman la sexualidad responsablemente, como algo natural e inherente  a cada persona.
   Las relaciones sexuales y las vivencias que sobre la sexualidad tengan los padres van a repercutir en el entorno familiar. Unos cónyuges que vivan plenamente la sexualidad formarán una unión mucho más fuerte y estable y la familia se verá beneficiada por ello.
   La sexualidad debe asumirse como algo bello, natural y necesario para la pareja ya que el sexo es muy importante para la pareja ya que el sexo es muy importante para la relación equilibrada entre un hombre y una mujer. El placer inherente a la sexualidad es natural, pero no debe ser el único fin que se busque en unas relaciones estables. Debe existir amor placer. La combinación de los dos hará que la sexualidad sea una faceta absolutamente compensadora y maravillosa.
   Cuando llegue la menopausia las relaciones sexuales disminuyen. Ante este hecho cabe decir que la aparición de la menopausia o la desaparición de la ovulación no es óbice para continuar las relaciones sexuales. Incluso éstas pueden aumentar en frecuencia y ser realizadas con más tranquilidad por la ausencia del miedo a un embarazo no deseado.
   El terreno de la sexualidad de una pareja es muy fácil que exista períodos en los que por diversas causas haya algún tipo de problema. Ante estas situaciones se requiere apoyo por parte del otro cónyuge. 

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