Normalmente, la selección del semental de Boxer suele suponer un serio problema para el criador, ya que éste desea una pareja ideal y la mejor pareja para su hembra.
En este sentido, es necesario conocer los descendientes del macho, así como sus defectos y cualidades mejores. Para ello, nada mejor que ver y estudiar al mayor número posible de ejemplares: observar machos Boxer, analizar sus bibliografías y guiarse por cierto instintos personales.
El macho que escoja debe personalizar, en cierta forma, la idea que tenga sobre raza canina en cuestión. El Boxer escogido debe llamar la atención por su personalidad y por su carácter firme y sociable.
Una vez que haya decidido el macho que cubrirá a la hembra y que haya llegado a un acuerdo también con su propietario, deberá estar pendiente de cuándo es el período en que su hembra esté dispuesta, deberá ponerse en contacto con el propietario del macho de Boxer para concretar el día del apareamiento.
Hay que eligir al macho o semental y realizar los arreglos pertinentes entre propietarios con anteleción para que no pille desprevisto ni al uno ni al otro. Si lo que se quiere es obtener perros de exposición, debe seleccionar un can cuyas cualidades compensen los posibles defectos de la hembra. Igualmente tembién resulta interesante que ambos ejemplares tengan en común varios antepasados en las últimas dos o tres generaciones, pues los resultados de estos cruces suelen ser excelentes.
El propietario de un gran perro, es decir, de un perro de élite o de categoría cobra, por lo general, unos honorarios elevados por el sevicio de su can, y aunque ésto no garantice que la hembra vaya a quedar preñada, normalmente se concede el derecho de cruzar nuevamente a los animales si el intento ha sido frustrado. En algunas ocasiones el dueño del perro prefiere quedarse con un cachorro de la camada antes que cobrar por el servicio del macho. Es conveniente que todos estos elementos extremos estén perfectamente establecidos, de lo contrario podrían surgir complicaciones burrocráticas entre ambos propietarios.
El macho que se elija, en cierto modo, personalizará la idea que se tenga de raza.
El macho que escoja debe personalizar, en cierta forma, la idea que tenga sobre raza canina en cuestión. El Boxer escogido debe llamar la atención por su personalidad y por su carácter firme y sociable.
Una vez que haya decidido el macho que cubrirá a la hembra y que haya llegado a un acuerdo también con su propietario, deberá estar pendiente de cuándo es el período en que su hembra esté dispuesta, deberá ponerse en contacto con el propietario del macho de Boxer para concretar el día del apareamiento.
Hay que eligir al macho o semental y realizar los arreglos pertinentes entre propietarios con anteleción para que no pille desprevisto ni al uno ni al otro. Si lo que se quiere es obtener perros de exposición, debe seleccionar un can cuyas cualidades compensen los posibles defectos de la hembra. Igualmente tembién resulta interesante que ambos ejemplares tengan en común varios antepasados en las últimas dos o tres generaciones, pues los resultados de estos cruces suelen ser excelentes.
El propietario de un gran perro, es decir, de un perro de élite o de categoría cobra, por lo general, unos honorarios elevados por el sevicio de su can, y aunque ésto no garantice que la hembra vaya a quedar preñada, normalmente se concede el derecho de cruzar nuevamente a los animales si el intento ha sido frustrado. En algunas ocasiones el dueño del perro prefiere quedarse con un cachorro de la camada antes que cobrar por el servicio del macho. Es conveniente que todos estos elementos extremos estén perfectamente establecidos, de lo contrario podrían surgir complicaciones burrocráticas entre ambos propietarios.
El macho que se elija, en cierto modo, personalizará la idea que se tenga de raza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario