Es una manera eficaz para hacer que dé frutos un árbol estéril, disminuir el vigor de las plantas ornamentales y estimular el desarrollo de la raíz en las plantas jóvenes. Es mejor realizarlo en invierno, si las condiciones climáticas lo permiten.
si se trata de plantas jóvenes, simplemente introduzca una pala afilada en el suelo, a una distancia igual a la mitad de la altura de la planta, rodeándola por completo, de modo que cercene los extremos de las raíces. De este modo, se estimula el crecimiento de las raíces laterales fibrosas.
Con las plantas maduras, la poda de raíz se suele llevar a cabo para reducir el vigor. En el caso de un árbol o de un arbusto de gran tamaño, en primer lugar tiene que dejar al descubierto las raíces excavando una zanja lo bastante ancha para facilitar el corte de las raíces necesarias, y con una profundidad de alrededor de 50 cm. a una distancia de 60 cm 1,2 m del tallo principal. La prudencia aconseja tratar tan sólo la mitad de la zona de la raíz en un año, y la otra mitad al año siguiente. No es conveniente cercenar las raíces delgadas y fibrosas que la pala corta al excavar, sino que es mejor dejarlas, perjudicándolas lo menos posible; las raíces que tengan un grosos superior a los 2,5 cm se tienen que cortar con tijeras de poda o una sierra de podar. Recuerde que una de las funciones del sistema radical es afianzar la planta, de modo que si corta las raíces demasiado cerca del tronco o del tallo principal, la planta tendrá más probabilidades de derrumbarse si hay una tormenta con mucho viento. Corte las raíces a no menos de la mitad de la distancia entre el follaje y el tronco. También es mejor cortar las raíces primarias que crezcan hacia abajo. Después de cortar las raíces primarias, hay que espaciar las raíces fibrosas y a continuación ya se puede volver a poner la tierra en su lugar, afirmado con fuerza cada capa.
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