En el contraste con los brotes débiles, las plantas a veces producen brotes verticales excesivamente vigorosos, llamados ramas golosas, sobre todo en torno al lugar donde se ha cortado una rama. Tal vez estos brotes sean convenientes en aquellas plantas que se cultivan fundamentalmente por el color de los tallos (en ese caso, se estimulan podándolas mucho cada año), pero en el caso de las plantas que se cultivan por sus flores o sus frutos, hay que eliminar los water shoots en cuanto se encuentran. Uno de los indicios es un brote vertical que crece más de prisa que los demás, en la estructura de la planta.
Al efectuar la poda de mantenimiento, corte los brotes que crezcan de forma caprichosa. Afean la planta, le quita luz e impiden la circulación del aire.
Los brotes que crecen en dirección al centro.
Los brotes que crecen en la dirección equivocada no sólo rompen la forma que se desea para la planta sino que, además, crecen en dirección al centro abierto y, con el tiempo, llega a congestionarlo. Hay que impedir este desarrollo en un etapa temprana.
Ramas principales gemelas y múltiples.
En casi todos los casos, es conveniente evitar el crecimiento de dos ramas principales porque lo más probables es que produzcan una horquilla débil, en un ángulo agudo, que se partirá en cuanto las ramas tengan que soportar alguna tensión anormal, tal vez por el peso de la nieve. Cuando el extremo de la rama principal se divide de esta manera, lo mejor es cortar el brote más débil. Si lo localiza enseguida, a veces es posible arrancarlo cuando todavía está tiernos.
Impida el crecimiento de dos ramas principales: corte la más débil de las dos; de lo contrario, se forma una horquilla estrecha, propensa a partirse.
Cuando aparezcan dos ramas principales o primarias en el extremo del tallo principal, es mejor cortar la más débil, o despuntarla mientras todavía es joven y tierna.
Sin embargo, algunas plantas, como los tejos, por ejemplo, desarrollan naturalmente múltiples ramas principales. En este caso, conviene conservarlas a todas. Si en el lugar donde vive se producen muchas nevadas, se recomienda que las proteja por medio de hilos de alambres por la parte externa, en forma de anillas. Hay que colocar la sujeción en torno a la parte central de la planta, pero sin apretar demasiado para que no se desfigure. A medida que siga creciendo, ponga más atadura más arriba y sustituya las anillas existentes a medida que se vuelvan demasiado ajustada.
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