29/7/13

LA PODA DE LOS ROSALES

   Los rosales son plantas de jardín más famosas. Sus aficionados llenan con ello todos los huecos posibles, aunque el jardinero común probablemente se sienta satifecho con una parte de híbridos de té, floribundas, una especies de rosales arbusto en un arriate y tal vez una trepadora que ascienda, mediante sistema de guía, por un muro, encima de un arco o pérgolas, sobre un enrejado o una cerca. Los rosales en miniatura son atractivos y crecen bien en tiestos.
  La poda de rosales recién plantados. En todos los rosales recién plantados, corte las ramas marchitas hasta llegar a las sanas, pro encima de una yema. Si dos ramas se cruzan, corte la más débil, y siga cortando hasta llegar apenas por ensima de una yema. Elimine por completo las ramas desordenadas. Después de esta poda estándar, conviene seguir las siguientes indicaciones, según el tipo de rosal, para cualquier otra poda inicial y mantenimiento posterior.
   Híbridos de té, floribundas, grandifloras y polyantas. En primavera, poco antes de que la planta empiece a crecer, corte los rosales jóvenes hasta la yema, hasta una altura de unos 11 cm del suelo. sin embargo, si el rosal se ha plantado en otoño y tiene ramas muy largas, realice una poda preliminar después del trasplante, cortándolas por la mitad para que el viento no las estropee.
   También hay que efectuar podas de mantenimiento en primavera, antes de que aparezcan los renuevos. Al mismo tiempo, elimine las partes que se hayan estropeado durante el invierno. El procedimiento habitual para la poda primaveral consiste,en primer lugar, en eliminar todas las ramas que se hayan estropeado durante el invierno y las que estén secas o marchitas; a continuación, aclare el centro del arbusto para penetren el aire y la luz solar y para facilitar el rociador; después, corte los brotes débiles, dejando una o dos yemas desde el tallo principal. La medida en que se debe podar el resto de las planta depende de varios factores. Por ejemplo, las plantas que crecen con fuerza necesitan menos podas que las más débiles. Sin embrago, por reglas general, reducir a la mitad las ramas que hayan crecido el año anterior suelen producir un buen suficiente para cortar. Si desea obtener muchas flores tempranas, se recomienda una poda ligera; por el contrario, se consigue una floración tardía, con menos flores pero de mayor tamaño, como consecuencia de una poda más intensa. De modo que usted mismo tendrá que regular la poda según sus preferencias.
   En los rosales que crecen poco, con ramas débiles, es conveniente cortar las dos terceras partes del brote de la temporada anterior, para producir ramas más fuerte que tengan más probabilidades de resistir los rigores del clima y proporcionar mejores flores cortadas.
   Una segunda poda, a fines del otoño, resulta beneficiosa; corte las ramas que estén estropeadas y recorte las ramas largas para que el viento ni los fríos invernales perjudiquen la planta. 

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