Es inevitable que, en una planta, se produzca algún cruce de ramas. Las ramas que se entrecruzan producen una abrasión lo que facilita que las esporas infecten la zona. En la medida de lo posible, y con toda seguridad en el caso de árboles y arbustos, es conveniente cortar la ramas laterales. También hay que cortar los tallos que han sido comidos en parte por los animales que pacen, ya que rara vez son arrancados hasta el lugar que conviene podarlos.
Otra fuente de riegos son las ramas sueltas y rotas que, con el tiempo, tienden a desprender la corteza de los leños sanos. Es mejor cortar estas ramas antes de que tengan ocasión de provocar más daños. Hay que tener más cuidado si se trata de una rama grande, o bastante alta, ya que existe la posibilidad de que caiga sobre otras ramas más jóvenes, perjudicándolas mucho.
( Lo mejor es eliminar las partes enfermas en cuanto se descubren.)
(Cuando dos ramas se rozan entre sí producen una abrasión; por lo tanto es conveniente cortar la rama que molesta antes de que cause algún daño).
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