Cuando se plantan en lugares diferentes dos plantas de la misma edad y la misma variedad, a veces se consiguen resultados completamente diferentes. Hay muchos motivos que justifican estas diferencias: tal vez una planta reciba todo lo que necesita en cuanto a posición, humedad, nutrientes y, por supuesto, poda; mientras que es posible que la otra carezca de uno o más de estos factores.
Afortunadamente, mediante determinadas técnicas de poda se puede estimular un vigor adicional dentro de la planta, si fuese necesario. Cuanto más pode una planta durante su época de latencia, con más fuerza crecerá durante el período de crecimiento siguiente; una poda ligera produce, en comparación, un crecimiento menos vigoroso. Esto se comprueba con facilidad en cualquier planta leñosa en la cual se haya recortado mucho el tallo mientra que al otro apenas se le ha cortado la punta. El primero tendrá que distribuir los nutrientes y la humedad de que dispone entre menor cantidad de brotes; por lo tanto, el crecimiento y el desarrollo posterior de brotes será potente; mientras que el tallo apenas podado tendrá más brotes que alimentar y, por ende, su crecimiento será más débil.
Algunas plantas, sobre todo ciertas coníferas, poseen varios puntos de crecimiento que da lugar a varias ramas principales. Para facilitar el desarrollo, ate hilos de alambres en torno a la cintura de la planta (no necesita ningún otro soporte). aunque no con tanta fuerza como para desfigurar la planta.
Cuando un brote compite con el tallo principal, hay que recortarlo hasta el tallo.
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