Hay que realizar todos los esfuerzos necesarios para que una planta se recupere enseguida de la herida producida por la poda. El corte ha de ser lo más pequeño y limpio que sea posible, evitando incisiones innecesarias y, de ser factible, realice un solo corte en vez de dos.
LA MANERA CORRECTA DE PODAR LOS TALLOS.
Es importante cortar el tallo justo por encima de la yema leñosa. Esto es válido para los laterales con frutos y árboles ornamentales, por ejemplo, y para las ramas de los arbusto y los rosales. La yema leñosa suele ser más puntiaguda y delgada que la yema floral, aunque no en todas las plantas. El motivo por el cual se corta hasta una yema leñosa es que posteriormente dará lugar a un mayor crecimiento; si se corta hasta una yema floral, sólo se obtendrá una flor y posiblemente, fruto, pero es probable que el crecimiento cese.
Si el corte se efectúa demasiado cerca de la yema, es muy probable que esta se perjudique. Por el contrario, si está demasiado alejado, quedará mucho tallo y es poco probable que cicatrice bien, volviéndolo propenso a enfermedades; por el mismo motivo, evite los cortes oblicuos en la dirección incorrecta, y rasgar o aplastar los tallos (en general como consecuencia del uso de tijeras romas).
Corte por encima de una yema orientada hacia afuera (salvo en el caso de las plantas colgates, en el cual la yema ha de estar orientada hacia arriba). El corte se ha de hacer en un lugar y con una orientación tal que el brote no se perjudique con el instrumento de podar y que la herida cicatrice de forma satisfactoria. Corte el tallo formado un ángulo, paralelo a aquel en el cual crece el brote, a unos 3-6 mm por encima de este. La distancia menor es adecuada para climas templados, cuando el brote tiene menos probabilidad de secarse; en los lugares donde el aire puede tener temperaturas muy bajas, se dejan 3 mm adicionales por encima del brote para evitar la deshidratación. No pode cuando el clima es muy riguroso o helado.
LA MANERA CORRECTA DE PODAR LOS TALLOS.
Es importante cortar el tallo justo por encima de la yema leñosa. Esto es válido para los laterales con frutos y árboles ornamentales, por ejemplo, y para las ramas de los arbusto y los rosales. La yema leñosa suele ser más puntiaguda y delgada que la yema floral, aunque no en todas las plantas. El motivo por el cual se corta hasta una yema leñosa es que posteriormente dará lugar a un mayor crecimiento; si se corta hasta una yema floral, sólo se obtendrá una flor y posiblemente, fruto, pero es probable que el crecimiento cese.
Si el corte se efectúa demasiado cerca de la yema, es muy probable que esta se perjudique. Por el contrario, si está demasiado alejado, quedará mucho tallo y es poco probable que cicatrice bien, volviéndolo propenso a enfermedades; por el mismo motivo, evite los cortes oblicuos en la dirección incorrecta, y rasgar o aplastar los tallos (en general como consecuencia del uso de tijeras romas).
Corte por encima de una yema orientada hacia afuera (salvo en el caso de las plantas colgates, en el cual la yema ha de estar orientada hacia arriba). El corte se ha de hacer en un lugar y con una orientación tal que el brote no se perjudique con el instrumento de podar y que la herida cicatrice de forma satisfactoria. Corte el tallo formado un ángulo, paralelo a aquel en el cual crece el brote, a unos 3-6 mm por encima de este. La distancia menor es adecuada para climas templados, cuando el brote tiene menos probabilidad de secarse; en los lugares donde el aire puede tener temperaturas muy bajas, se dejan 3 mm adicionales por encima del brote para evitar la deshidratación. No pode cuando el clima es muy riguroso o helado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario