Ejemplo: Vacunación de una colonia de 100 palomas:
El frasco de vacuna (1.000 dosis) será diluido en 10 ml de suero fisiológico. Entonces, 1 ml contiene 100 dosis.
Tomar (100 dosis x 3) 3 ml de suero, que corresponde a 300 dosis para vacunar vuestras 100 palomas.
Diluir esos 3 ml en 5 litros de agua mineral sin gas o en 400 gotas de suero fisiológico (4 gotas por paloma: una en cada ojo y una en cada orificio nasal).
La técnica de la gota me ha parecido siempre eficaz pero muy engorrosa cuando hay muchas palomas a vacunar.
La técnica de la vacunación en el agua de bebida ha sido siempre mi preferida por su rapidez... y su eficacia.
Las palomas deben permanecer cerradas en el palomar y privadas de agua durante 24 a 48 horas. Cuando comienzan a agitarse para buscar el abrevadero podéis vacunar. Basta con dar, en ese momento, el equivalente a 1 litro de agua por palomas. Es mejor que mezcléis la vacuna en el último momento. En el ejemplo citado, 100 palomas beberán rápidamente 5 litros de agua que contiene 3 ml de suero fisiológico, que a su vez encierra 300 dosis de vacuna.
La vacuna debe ser preparada en el último momento ya que tiene que ser absorvida o instilada en las dos horas siguen a su preparación. Os garantizo que todo será bebido en el cuarto de hora que sigue a la presentación de los abrevaderos.
La técnica que consiste en depositar una gota en cada ojo y una gota en cada orificio nasal es mucho más larga y delicada, ya que, si a nivel del ojo no plantea ninguna dificultad, en cambio, a nivel de los orificios nasales es menos evidente. Parece que la cepa (La Sota) activa principalmente la inmunidad local y mucho menos la inmunidad general. El ave vacunada fabrica pues menos la inmunidad general. El ave vacunada fabrica pues anticuerpo a nivel de las mucosas oculares, nasales y digestivas. Estos anticuerpos defienden el organismo si ésta se encuentra en presencia del virus natural.
Generalmente, al cabo de 15 días, las palomas parecen vacunadas, pero la duración de validez de esta vacunación es sólo de 6 meses. Por eso, son necesarias dos vacunaciones al año.
Yo aconsejo siempre vacunar todos los adultos en marzo o abril, a más tardar 15 días antes del inicio de los entrenamientos. Las vacunas efectuadas en esta época no han provocado prácticamente nunca reacciones secundarias, por muy mínimas que sean. Hay que hacer notar que en este periodo del año (febrero, marzo, abril), el virus natural no ha salido todavía de su letargo invernal.
Al vacunar los adultos en marzo, no tendréis que volver a vacunar durante la temporada deportiva ya que la inmunidad, como he dicho, es de 6 meses. En cambio, si vacunáis en enero, tendríais que volver a vacunar en pleno periodo de concurso, cosa que no es aconsejable.
Todos vuestros pichones serán vacunados al menos 15 días antes del inicio de los entrenamientos, tomando las mismas precauciones que habéis tenido con los adultos.
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