CRÍA
Las palomas viven y se reproducen por parejas, que se conservan unidas siempre. Pueden empezar a reproducirse a los seis o siete meses, si bien es aconsejable que se espere por lo menos un año, al fin de que hayan alcanzado su desarrollo completo, en beneficio propio y de sus hijos.
Ponen dos huevos, que suelen pesar unos 23 gramos cada uno; el primero lo ponen de las 4 a las 5 horas de la tarde y el segundo a los dos días y al rededor del mediodía; son incubados por la hembra todo el tiempo restante. La temperatura de incubación es de unos 40º centígrados.
A los 18 días nacen los pichones, que rompen los huevos ayudándose de una excrecencia córnea que tiene en el pico y que cae naturalmente a los ojos cerrados y el cuerpo recubierto de un pelo muy fino de color amarillo, que lo conservan mucho tiempo, incluso después de estar bien emplumados. Más tarde se les va cayendo hasta su total desaparición.
Los padres alimentan a los recién nacidos por medio de una papilla secretada por una glándula que tienen en el buche y cuya composición es muy parecida a la leche de los mamíferos. A los pocos días empiezan a mezclar algún grano reblandecido por líquidos que absorben o que se producen en el curso de la digestión y, alrededor de los quince días, ya se les dan únicamente granos y agua.
A los 24 ó 25 días pueden ya separarse de los padres y colocarlos en el departamento de destete. En lo sucesivo, con pocas dificultades aprenderán a valerse por sí mismos.
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