A partir de 1980 las cosas han cambiado mucho. Lenta pero segura, aparece una nueva enfermedad en los palomares de la mayor parte de los países europeos tales como España, Italia, Portugal, Inglaterra, Alemania, Holanda y Bélgica. Rápidamente,en dos o tres años, los pocos casos esporádicos encontrados se transforman en un verdadero epidemia y hoy, en 1987, todos los científicos reconocen, admiten y describen esta nueva enfermedad eminentemente contagiosa que es la paramixovirosis.
La paramixovirosis de la paloma no es otra cosa que la enfermedad de Newcastle descrita por Doyle en 1926. El virus es el mismo en las dos enfermedades: es la paramixovirosis aviar tipo I o, en abreviatura, la I (PMV I) Existen no obstante algunas pequeñas diferencias entre I (PMV I) aislada de la paloma y la PMV I aislada de una gallina que padece la enfermedad de Newcastle, diferencia que necesitan, no obstante, una alta tecnología para ser descubiertas.
Esta enfermedad representa una novedad para los colombófilos. En el momento que escribo estas líneas tengo todavía algunos clientes que pretenden que esta virosis es rara incluso excepcional. Algunos aficionados manifiestan una ingenuidad desconcertante y rechazan la evidencia. Como alivio para estos irreductibles tengo que hacer notar igualmente que todos los años son numerosos los aficionados que se encuentran todavía hoy con palomas que presentan síntomas de variolodifteria.En estos casos, los aficionados demuestran una grave imprudencia, ya que la vacuna antivariólica para palomas, existe y es conocida desde hace varias decenas de años. No es pues de extrañar que muchos nieguen la existencia de la paramixovirosis.
El año deportivo 1986 se terminó en un marasmo sanitario nunca visto hasta ahora. Regiones enteras han sido castigadas por la enfermedad y algunos clubs han tenido que cerrar sus puertas y suspender los concursos de fin de temporada por falta de concurrentes. El año 1986 ha confirmado pues nuestros temores y nuestros pronósticos.
La paramixovirosis es una nueva enfermedad en plena evolución. El virus se adapta a todos los lugares, se multiplica fácilmente y se extiende como una nube nociva por todo el planeta. La paramixovirosis será para los colombófilos lo que Tchernobyi ha sido para todo el planeta. Los años venideros no serán mejores y la única posibilidad de detener el virus será la vacunación total y regular de cada colonia. La vacunación representará un verdadero escudo protector para nuestras palomas y sólo los colombófilos prudentes podrán pretender una temporada deportiva normal.
Contra los accidentes nucleares como el de Tchernobyi no tenemos ninguna protección. Pero contra la paramixovirosis tenemos ya dese ahora una vacuna. Seamos consientes y utilicémosla.
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