Georges Fabry y Víctor Fabry
En la vida ordinaria, así como en el deporte colombófilo, nosotros podemos encontrar hechos merecedores de los más altos encomios que han sido a la postre reconocidos póstumamente. no ha sucedido así, excepcionalmente, con respecto al gran campeón colombófilo Jorge Fabry y Lieja. En efecto, su larga carrera en nuestro deporte fue una de las más gloriosas y una de aquellas en la que muchos colombófilos sueñan y sentimos que los honres por nosotros otorgados al gran colombófilo, en modo alguno son exagerados.
¿Es que existe otro nombre del cual uno pueda hablar en cualquier parte del mundo, mejor conocido que el de Jorge Fabry? ¿Y hay alguna otra raza que haya sido utilizada con más éxito que la suya en la creación de otras exitosas líneas de palomas? Nosotros, como periodistas en el deporte colombófilo, estamos en la mejor posición para reconocer estos hechos.
¿Hay otra raza, cuyo nombre es tan a menudo repetido como referencia de las muchas ventas realizadas en cualquier lugar, durante los últimos cincuenta años?
Su competencia ese conocimiento innato de lo que constituye una buena paloma le dio la oportunidad de obtener las mejores palomas, fundando su colonia con las mejores líneas de sangre, incrementando su valor mediante un juicioso estudio de revigorización. No es nuestra intención escribir acerca del trabajo realizado por el mismo a lo largo de 75 años.
Es imposible desarrollar completamente esta historia en un solo libro.
Nosotros nos remitimos, por tanto, a su viejo cultivo, anterior a 1940 en que le dio gran fama, y el que le permitió defender su título de gran campeón belga después de 1944.
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