FTP
Cuando los archivos que deseamos enviar son de gran tamaño, el correo electrónico no es el medio más idóneo. Las cuentas de correo electrónico tienen un límite y si enviamos un archivo muy grande podemos llegar a bloquearlas o colapsarlas. Para la transmisión a través de Internet de archivos voluminosos el servicio más adecuado es el FTP (File Transfería Protocol, Protocolo de Transferencias de Archivos). En el funcionamiento del FTP intervienen dos partes: el servidor y el cliente. Cuando somos nosotros quienes "subimos"(enviamos) los archivos, el Servidor es el ordenador destino de los archivos, y nosotros somos los cliente. La transferencia de ficheros se realiza a través de un programa de software instalado en nuestro ordenador, el cual nos proporciona una interfaz sencilla para realizar esta tarea. Pero además de enviar a un Servidor de FTP, también podemos descargarlos del mismo. En este caso, el Servidor es el ordenador remoto en el cual están los archivos que deseamos descargar, y nuevamente nosotros somos el cliente, utilizando nuevamente el programa de FTP que hemos instalado previamente.
Una de las ventajas de las que dispone el nuevo sistema operativo Windows, es que nos permite abrir directamente una página Web de FTP (el FTP no deja de ser una dirección Web a la que accedemos desde el explorador) como una pantalla del explorador de Windows. Anteriormente esto se podía hacer igualmente, pero ahora el sistema operativo nos avisará de que vamos a acceder a un sitio en el cual podemos realizar una transferencia de datos y, del mismo modo, una serie de datos pueden entrar en nuestro ordenador. Evidentemente, esta operaciones es arriesgada si no confiamos en el origen de esos datos. También existen programas para acceder a un sitio FTP con seguridad y especialmente diseñados para transferir datos.
Cuando accedemos a un FTP lo más normal es que nos pida una contraseña, para que tanto el cliente como el servidor de FTP tengan la seguridad de que existe tal permiso para acceder a ese sitio, ya que los FTP normalmente constituyen espacios reservados para ciertos usuarios. son muy útiles para intercambiar datos profesionales en caso de que no dispongamos de un acceso directo al servidor de una empresa (es decir, que no estemos trabajando en red local)-
No tenemos que acceder necesariamente a un FTP mediante el explorador. El Internet podemos encontrar programas de descarga gratuita que sirven para realizar este intercambio. Algunos de estos programas permiten que en el caso de que se pierda la conectividad con el servido, los datos transferido no se pierden y se puede continuar con la transferencia una vez recuperada la conectividad.
NOTA: Otra cosa a tener en cuenta es que las conexiones a páginas FTP suelen tener una conectividad limitada (en muchos casos por seguridad), con lo que la transferencia de archivos muy pesados puede ser lenta. conviene intentar partirlos y comprimirlos para facilitar el proceso.
Una de las ventajas de las que dispone el nuevo sistema operativo Windows, es que nos permite abrir directamente una página Web de FTP (el FTP no deja de ser una dirección Web a la que accedemos desde el explorador) como una pantalla del explorador de Windows. Anteriormente esto se podía hacer igualmente, pero ahora el sistema operativo nos avisará de que vamos a acceder a un sitio en el cual podemos realizar una transferencia de datos y, del mismo modo, una serie de datos pueden entrar en nuestro ordenador. Evidentemente, esta operaciones es arriesgada si no confiamos en el origen de esos datos. También existen programas para acceder a un sitio FTP con seguridad y especialmente diseñados para transferir datos.
Cuando accedemos a un FTP lo más normal es que nos pida una contraseña, para que tanto el cliente como el servidor de FTP tengan la seguridad de que existe tal permiso para acceder a ese sitio, ya que los FTP normalmente constituyen espacios reservados para ciertos usuarios. son muy útiles para intercambiar datos profesionales en caso de que no dispongamos de un acceso directo al servidor de una empresa (es decir, que no estemos trabajando en red local)-
No tenemos que acceder necesariamente a un FTP mediante el explorador. El Internet podemos encontrar programas de descarga gratuita que sirven para realizar este intercambio. Algunos de estos programas permiten que en el caso de que se pierda la conectividad con el servido, los datos transferido no se pierden y se puede continuar con la transferencia una vez recuperada la conectividad.
NOTA: Otra cosa a tener en cuenta es que las conexiones a páginas FTP suelen tener una conectividad limitada (en muchos casos por seguridad), con lo que la transferencia de archivos muy pesados puede ser lenta. conviene intentar partirlos y comprimirlos para facilitar el proceso.
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