12/9/11

La Pluma (II) Parte

La Pluma (II) Parte.
En este capitulo, último sobre la pluma, describimos cada una de ésta y hablaremos muy por encima de la muda.
La importancia de la pluma creo que todos la sabemos; yo me atrevería a afirmar que es lo más importante del conjunto de las aves en general y de la paloma en particular; sin embargo esta importancia no se refleja en algunas ocasiones en las que tomamos en nuestras manos alguna paloma, sobre todo en los días de enceste. La pluma desflecada, picada o estropeada en general es sinónimo de mal cuidad que puede existir en un palomar, de la poca atención que se puede dar a las palomas. Es sobre todo en los juveniles y neófitos donde más se observan estas fallas son sobre todo ellos los que más necesitan aprender y más rápido, pero claro todo necesita un tiempo, y si al menos se preocupan en obtener, (palabra esta que en mi opinión debe ocupar el primer lugar del abecedario colombófilo) ya han conseguido mucho. No es mi intención sentar cátedra, pero ojalá estos artículos les sirvan para algo, ojalá lleguen más allá de la propia satisfacción que a mi me proporciona escribirlos (amén).
Es indudable que en colombofilia nos encontremos frecuentemente con contradicciones que nos hacen dudar de la lógica, una de ésta es la observación de algunos ejemplares tras el viaje, y que presentan sus plumas en un estado lamentable, las cuales han sobrevolado largas distancias y se han clasificado bastante bien. ¿Que ha sucedido? Normalmente este fenómeno se da sobre todo con el tiempo de componente Levante; con él las palomas vuelan más y más fácilmente, pero también tienen más problemas para decidir la ruta correcta. Una vez sueltas las palomas y tras dar la vuelta en círculos característicos se lanzan hacia su destino, poco a poco algunas se van quedando resegadas y no pueden seguir el ritmo de las otras, de las más fuertes, y por causas que yo desconozco pero que motiva ese tiempo Sur Levante, las palomas del grupo de cabeza, equivocan la ruta y se (pasan), los colombófilos esperan pacientemente, transcurren el tiempo previsto de llegada y comienzan a pasar los minutos, alguno incrédulo y dubitativo deja caer como un jarro de agua fría la frase que todos piensan pero se resisten en comentar, por las emisoras de los colombófilos se oye, (Mería fuerte un chuchazo) a lo que contesta otro (vaya un palo), momento de silencio... y de pronto el típico tópico (pero ¿A quién se le ocurre soltar con este tiempo) (¡oye!, que acabo de oír el tiempo y en Lanzarote y Fuerteventura no se ven tres montados en un burro) (los burros son los de la F..) En fin, ¡lo clásico! El caso, y para que ésto no parezca una novela, es que entran 10 o 15 palomas en todo el día; cuando tiene uno la posibilidad de verlas, están que dan pena, pero no por el esfuerzo realizado, sino por la mala calidad de su pluma, normalmente éstas palomas que entren en los (palos) son las peores según los propietarios y la prueba es que son o de fuera de concurso o de la general, no son ni designadas ni de series. ¿Que fue lo que pasó? Pues sencillo, esas palomas como decía más adelante no tenían fuerzas para seguir a los bandos de cabezas, se iban rezagando y volando más lentamente, tuvieron tiempo de rectificar la ruta y lo hicieron, por eso llegaron, si hubieran tenido bien las pluma, con la calidad requerida, se hubieran pasado también. Realmente las palomas que entraron son las que cogieron los puntos y esto es lo que interesa; hasta cierto punto se puede estar de acuerdo con esto último, pero si hay que matizar un par de puntos.
A lo largo de la campaña, estos viajes son minorías, un palomar puede coger en ellos la máxima puntuación, pero por el contrarío, los viajes regulares o normales son mayoría en una campaña, por tanto el que cojió (chorro) de puntos en los desastres, en los otros no se estrena, y sería demasiado arriesgado, pretender tener las palomas mal (sea pluma sea organismo sea lo que sea) para meterlas en un (chuchazo) solo se va a conseguir un triunfo efímero, no vale la pena entonces, es mejor tener las palomas con una calidad de pluma envidiable, aquella que hace esclamar a nuestros compañeros cada vez que tiene oportunidad de cojer una de nuestras palomas en sus manos.
Sentado ésto conviene adentrarse en la descripción de las plumas.
Comenzando por las plumas de vuelo y dentro de estas las grandes plumas, nos encontramos con las REMIGES,estas pueden ser: primarias, secundarias y terciarias; con las plumas del ala, se llaman remeras por la función que desempeña a modo de remo, pero el hecho de (remar) no implica que la paloma avanza por desplaza hacia atrás el aire, teoría que se defendió en otro tiempo, la paloma con estos movimientos lo que hace es impulsarse hacia delante; para impulsarse utiliza las plumas de la mano o remigen primarias. Cuando la paloma realiza un vuelo ascendente las plumas remeras se abren de forma parecidas a una persiana veneciana permitiendo que el aire pase a las ranuras que quedan entre ellas, y cada pluma se convierte en una especie de pequeña hélice independiente. El número de las remeras es de 10 ú 11, Hay quién cree que las plumas se mueven por influjo del viento, ésto es un error; la pluma la mueven los músculos de la dermis, que se fijan en casi todos los folículos de las plumas, son ellos los que elevan bajan o desplazan las plumas hacia los lados para facilitar las maniobras del vuelo.
Las remiges secundarias o de la tras ala, son igualmente plumas de vuelo, son las que se insertan en el antebrazo, su función es sostener al ave en el aire o mantener su elevación, en éstos colaboran también las plumas del interior del ala. En la paloma son doce las plumas de al tras ala o ala pasiva. Las remiges terciarias son las que se insertan en el brazo de ellas.
Las rectrices o timoneras, son las plumas de la cola sirven principalmente para mantener la dirección y el equilibrio en vuelo; para cambiar de dirección y para reducir la velocidad al posarse. El nº de las plumas de la cola es de 12 lo que no impide que existan bastantes ejemplares que solo posean diez.
Las cobertoras son pequeñas plumas de contorno que cubre las bases de las plumas de mayor tamaño y suaviza aerodinámicamente la superficie del vuelo.
El ala bastante o álula la forman tres plumas cortas que se insertan en el primer dedo del ave. Durante el vuelo normal permanece adosada al ala, pero a poca velocidad se separa para controlar el descenso; suaviza y acelera el flujo del aire sobre las alas. Evitan que el ave entre en barrena al entrar en (pérdida de velocidad).
Para terminar, dar solamente algunos datos o cifras importantes relacionadas con las alas y las plumas de las palomas.
El nº de movimientos de las alas por segundo oscila entre 7 y 10.
La velocidad máxima en vuelo es de 100 km/h .
El peso del ala representa en la paloma aproximadamente el 20% del total del cuerpo (incluidas en ambos casos las plumas).
Sobre la muda diremos poco, más que nada por que en el mercado se encuentran buenos libros, muchos de colombofilia, que tratan con profundidad y conocimientos el fenómeno del proceso de la muda.
Comenzaremos diciendo que la buena muda juega un factor importante en el logro de buenos resultados durante la campaña del viaje, que es a fin de cuenta (la campaña) la que decide los campeonatos 8y no los viajes de (chuchazos).
La muda surge como un reemplazamiento de las plumas por su desgaste.
Suele tener una secuencia o sea unas pocas cada vez y por regla general se produce de una forma simétrica. Normalmente comienza a finales de verano/principio de otoño, pero puede adelantarse o atrazarse según la zona (calor o frío) y según los apareamientos. Comienza con las plumas de las alas para continuar con el cuerpo. El número de plumas que mude puede ir en función de su época de nacimientos también. Normalmente muda las diez plumas remeras y seis a ocho de la trasera, tirando estas últimas a la vez por delante y detrás. La última pluma en muda es la quinta timonera, por cierto que las plumas de las colas las tira de dos en dos y de forma simétrica de dentro hacia fuera.

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