19/9/11

La alimentación controlada

La alimentación controlada.
Existen dos métodos básicos para alimentar las palomas; uno es el de la alimentación libre, en que cada paloma elige; "cuando", "qué" y "cuanto" ha de comer cada una de sus palomas cada día. En éste artículo sólo me referiré al segundo de éstos métodos.
En cuanto a la cuestión de "CUANDO", hay que darle de comer a las palomas cada día, puede decir que, de entrada, la paloma de forma natural, come más por la tarde, quizás para que la digestión prosiga durante la noche, ya que la digestión es continua en ellas al faltarle la vesícula biliar. Sin embargo cuando está incubando, las hembras sólo alimentarse al mediodía, que es cuando le toca incubar al macho; y, cuando las viajeras están criando y el aficionado ceba a los pichones a mano para ahorrarles ese penoso trabajo, entonces lo mejor es hacer esa tarea por la mañana. Por otra parte, hay que respetar rigurosamente el horario elegido; todos estamos de acuerdo en eso y, consiguiente, es inútil insistir sobre ello, excepto, quizás, en que dicho horario debe ser el solar. Como se ve, este método es bastante esclavizante para el colombófilo que la practica, y sólo deben abordarlo las personas con el tiempo libre y la voluntad suficiente para ejecutarlo con la perfección requerida, la pena de ver como las palomas se debilitan y caen presas de todo tipo de enfermedades.
En torno a la cuestión de "QUE" ha de comer la paloma, hoy nadie pone en duda que hay que darles granos de diversas especies para suministrarles las proteínas, los carbohidratos, las grasas, la vitaminas y la fibra y los minerales que necesitan, ya que no existe el grano que por sí sólo lleve todos los nutrientes esenciales. Tampoco se pone en duda que hay que darles "GRIT"; es decir, piedrecitas duras, de mármol por ejemplo; las cuales quedan retenidas en la molleja, en donde actúan como dientes para moler los granos. También hay que darles sales minerales, sal marina integral por ejemplo; pues , según parece, los granos son deficientes en sales.
Además hay que darles "TIERRA ARCILLOSA", ya que favorece la formación del bolo fecal y porque es un insecticida intestinal natural. Finalmente necesitan "AGUA" de la mejor calidad posible.
La polémica surge en torno a la "VERDURA"; es decir, a si las palomas necesitan comer regularmente lechuga, col, zanahorias, etc. Personalmente pienso que la paloma solo come verdura cuando no tiene grano para sustentarse y, en consecuencia, sólo la come para matar el hambre. También es polémica la administración regular de preparados vitamínico. Esta polémica no se debe a si la paloma necesita o no éstos preparados, ya que la respuesta es evidente; es decir, no. Sólo hay que pensar en los miles de años de existencia de las palomas y los pocos años de existencia de estos preparados para convencerse. La polémica cae más bien en el terreno de la sobrealimentación para poder exigirles más esfuerzo a las palomas, tema que cae fuera del ámbito de este artículo.
En cuanto a la sustitución de parte de la ración de granos por pienso o preparados alimenticio granulados, fundamentalmente con la intención de rebajar el precio por kilo de ración, sólo hay que pensar en la molleja, un órgano triturador tan poderoso, actuando sobre un pequeño gránulo que se disuelve tan solo al entrar en contacto con el agua. La paloma es y será siempre granívora, y el colombófilo que practica la alimentación controlada debe elegir muy bien los granos que dá a sus aves. Con este método la paloma no puede elegir, sino que tiene que comerse lo que el colombófilo le pone delante. Ahora bien la facultad de poder distinguir los granos inmaduros, maduros, viajeros, limpios, sucios parasitados, sanos, etc. y, al quitarle esta facultad el colombófilo debe asumirla.Así pues, es responsabilidad del colombófilo el suministro de granos maduros, limpios y sanos. Finalmente, concretando un poco más lo ya dicho, los granos que normalmente cultiva el hombre, y que habitualmente se emplean en la alimentación de las palomas, se clasifican en tres grandes grupos; a saber: "LOS CEREALES", como el maíz, el trigo, la cebada, etc. "LOS LEGUMINOSOS", como los guisantes, el feverol, la archita, etc. y "LOS OLEAGINOSOS", como el girasol el cañamón, la linaza, etc. El análisis cualitativo de éstos granos nos dice, que se necesita combinar los cereales con los leguminosos para obtener proteínas de calidad, y también que es necesario añadir oleaginosos para elevar la calidad de la grasas de la mezcla anterior.
Por otra parte, estos tres grupos de granos se complementan entre sí en cuanto a las vitaminas, la fibra y los oligoelementos o sales minerales que se necesitan en muy pequeñas cantidad.
Referente a la cuestión "CUANTO" ha de comer cada paloma cada día, hay que decir de entrada, que sería demasiado pretencioso pensar que el colombófilo pueda llegar a dosificar los alimentos mejor que la misma interesada. Esto significa que sólo se pueden dar reglas generales, fruto de la experiencia adquirida estudiando los hábitos alimenticios naturales de las palomas, que pueden alimentarse libremente según sus deseos. los estudios han revelado que las palomas equilibran espontáneamente su ración, consumiendo un promedio de un 10% de oleaginosas, un 20% de legumbres y un 70% de cereales, lo que equivale a un nivel proteico medio del 13%, un nivel graso medio del 4,5% y un nivel medio de carbohidratos del 62,5%. Estos porcentajes medios son suficientes para hacer frente a las pequeñas fluctuaciones que se producen durante el ciclo anual, con excepción de los períodos en que están alimentando a los pichones, en que aumentan extraordinariamente el consumo de leguminosas. Este hecho es fácil de entender, pues dentro del huevo, el embrión se alimenta de la clara y de la yema, constituidas exclusivamente de proteínas y de grasas. Luego, los primeros con la papilla que segregan sus padres en el buche, y que también se compone únicamente de proteína y de grasas. Poco a poco van mezclando esta papilla, primero con leguminosas, y posteriormente van mezclando con cereales, para efectuar así una transición gradual al régimen normal indicado en cuanto a proteínas, carbohidratos, y grasas. Este cambio en el régimen alimenticio de las parejas que están criando, no les afecta a ellas, pues durante esta etapa viven fundamentalmente a expensas de sus reservas, acumuladas durante la incubación, lo cual se nota por el adelgazamiento que manifiestan al termino de período de crianza. Una vez establecidas las cantidades relativas de los principales grupos de granos de la mezcla, sólo nos queda fijar la cantidad absoluta de mezcla diaria por paloma. Un método bastante generalizado, por sus buenos resultados, es el de incluir en la mezcla un grano que no sea del grado de las palomas, concretamente la cebada: la mezcla se va sirviendo poco a poco, hasta que se detecta que las palomas dejan de comer este grano con la misma avidez que los restantes. A la hora de comer las palomas deben tener un poco de hambre, o lo que se llama apetito; pero nunca deben mostrarse indiferentes o, por el contrario desquiciadas por el hambre. Igualmente, el colombófilo debe vigilar que las deposiciones presenten en todo momento del día, ese aspecto típico que indica que todo está en orden en este terreno de la alimentación.

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