17/8/11

Oligoelementos

                                   Consecuencias de las carencias de oligoelementos 
I. INTRODUCCIÓN
   Como oligoelementos se conocen una serie de sustancias minerales que aparecen en los organismos en cantidades muy pequeñas, pero que, si embargo, tienen una marcada importancia en los procesos vitales. Sus carencias, a veces frecuentes, producen alteraciones del metabolismo de las aves, presentándose, en casos graves, enfermedades carenciales características.
   Las funciones generales de los oligoelementos se centran en cuatro aspectos:
   1.- Intervienen en la formación de enzimas.
   2.- Entran en la composición de algunas vitaminas.
   3.- Actúan como elementos estructurales.
   Las carencias tienen diversas formas de aparecer, en primer lugar nos encontramos con una carencia real que aparece por su ausencia de un determinado elemento en la tierra de cultivo de los granos que se usan para alimentar a nuestras aves. Cuando los oligoelementos están presentes en el alimento pero no en cantidad suficientes para las exigencias de los animales, nos encontramos ante una carencia relativa. Existen unas diferencias minerales motivadas por una causas más extrañas, son las carencias condicionales que se supeditan a otros factores, como son las dificultades de absorción intestinal o también su dependencia proporcional con otros elementos (el exceso de molibdeno dificulta el aprovechamiento de cobre).
   II. LOS OLIGOELEMENTOS Y SUS CARENCIAS
   Aquí nos ocuparemos, con una cierta exhaustividad, de los oligoelementos principales, que existen otros, que no se citarán (aluminio, cromo, oro, etc.), que aparecen en cantidades aún más pequeñas que las medidas en los que aquí se citarán.
   a) Hierro:
   Este elemento entra en el organismo de la paloma a través de su alimento en el que presente la cantidad de 50-100 gr. de ración aproximadamente. Se absorbe por el intestino unido a una proteína (apoferritina) de acuerdo con las necesidades del animal, tras esto pasa a la sangre donde se une a otra proteína (trasferrina), llegando así a sus acúmulos en el hígado, el brazo y la médula ósea. 
   A partir de aquí y cuando va haciendo falta, forma la hemoglobina, proteína-pigmento que colorea los glóbulos rojos, células encargadas de llevar el oxigeno desde el pulmón a los tejidos, llevando el anhídrico carbónico en sentido inverso para expulsión. También interviene en el paso del oxígeno de la sangre (glóbulos rojos) a los tejidos, al formar parte de unas sustancias (enzimas citocromoxidasa, peroxidasa, citocromos y catalasas) que se ocupan de esta función. Por último, también forma parte de una proteína muscular, la mioglobina, que se ocupa de reservar el oxígeno en los músculos. Como vemos el hierro interviene en la respiración del animal, de ahí la importancia en nuestras aves, sobre todo en las participan en los concursos, pues en ellas debe funcionar el mecanismo respiratorio a la perfección para retrasar el agotamiento.
   Las necesidades de hierro en las palomas se cifran en 1-3 mgr. por animal y día. Esto se solventa generalmente con los 1.5-3 mgr. de hierro que ingiere el animal en los 30 gr. de ración que mínimamente les suministramos cada día. Es por ello que las carencias de hierro solo se suelen presentar en animales mal nutridos.
   La carencia de hierro desencadena una anemia y por lo tanto, dificultades en la respiración cualquier ración estándar, a menos que los granos procedan de lugares pobres en cinc, con lo cual esta pobreza se trasplanta a los mismos. 
   Los síntomas principales de su carencia son un retraso en el crecimiento de los pichones, aveces exagerado, con deformaciones de los huesos largos (acortamiento y engrosamiento). También nos encontramos lesiones en la piel, que se encuentra con apariencias seca y descamativa, apreciándose la caída fortuita de las plumas. Del mismo modo, la reproducción se ve afectada, naciendo pichones con malformaciones congénitas, hijos de padres carentes en cinc.
   El animal debe tomar 1,5 mgr. de cinc al día más o menos, esto se cumple normalmente sin problemas, pero es conveniente administrar en períodos de crías sobre todo, un corrector mineral que posee sulfato de cinc en su composición, para complementar de este modo el incremento de las necesidades.


   e) Manganeso: 
   La misión principal de este oligoelemento es activar un enzima, la fosfatasa, la cual interviene en dos funciones del organismo principalmente; la reproducción y la osificación.
   Las aves necesitan de un suministro diario de manganeso de 0,9-1,5 mgr. teniendo que suministrársela en  el pienso en una proporción aproximada de 40 mgr. de pienso.
   La deficiencia de manganeso produce en las aves la enfermedad llamada (perosis aviar), caracterizada por una luxación del músculo gastronemio en los animales jóvenes, debida a malformaciones óseas (acortamiento y engrosamiento de los huesos e hinchazón de las articulaciones), esto, como hemos dicho, con respecto a los pichones. En los adultos, los síntomas se encuentran en la reproducción, dificultándose la puesta, baja de incubabilidad (se levantan antes de tiempo), abortos, nacimientos de pichones condrodistróficos que mueren prematuros, etc.
   Existen otras sustancias que poseen  un efecto sinérgico con el manganeso, es decir, que suplen su función, por lo tanto para que aparezca la enfermedad son necesarios niveles bajos de todas ellas, estas son las vitaminas del grupo B y la colina.
   Las medidas preventivas para esta enfermedad se basa en el suplemento de la dieta con sulfato de manganeso, colina y vitamina del grupo B, sobre todo en el periodo reproductivo. Esto se consigue con correctores vitamínico-minerales.
   f) Yodo:
   Este oligoelemento debe de entrar en la paloma en cantidades que oscilan de 0,015-0,335 mgr. al día. Su función es formar parte de la tiroxina (hormona tiroidea) que potencia el metabolismo y estimula el desarrollo físico y sexual (madurez sexual).
   Sobradamente conocido es el (bocio), abultamiento en la garganta de los animales producido por la hipertrofia del tiroides, motivado por el déficit de yodo. Esta enfermedad es rarísima en nuestro país y en nuestras aves, debido a que los grandes núcleos colombófilo (Canarias, Baleares, Cataluña, etc.) se encuentran próximos al mar, siendo estos períodos costeros ricos en yodo. No obstante, es bueno mantener óptimos niveles de iodo en la alimentación de los pichones en desarrollo, dando que éste se ve muy favorecido. Esto se consigue con un corrector mineral que posea yodado potásico en su composición, o suministrándoles junto con el pienso pequeñas proporciones de sal yodada. 
   g) Selenio:
   El selenio ayuda a la vitamina E en una de sus funciones, la lucha contra ciertos productos tóxicos peróxidos) producidos en el metabolismo de las palomas. Por ello para que aparezcan enfermedades carenciales en este aspecto son necesarias deficiencias mixtas de ambas sustancias.
   En las aves, las dietas pobres o ausentes de selenio y vitaminas E, dan lugar a la (diátesis exudativa) que se caracteriza por derrames del líquido seroso bajo la piel, lesiones en los músculos (músculos blancos), el corazón y alteraciones cerebrales (conducta extraña). Esto ocurre en los animales jóvenes los cuales por encontrarse en desarrollo, su metabolismo produce mayor cantidad de sustancias tóxicas (peróxidos)  y hace falta más selenio y vitamina E para la lucha contra ellos.
   Las palomas necesitan tan solo 0,1 mgr. por kgr. de ración (0,0003 mgr. al día) por lo que estas carencias son muy raras. Sólo se dan en palomas alimentadas estrictamente con cereales, pues los terrenos cultivados reiteradamente de esta forma se empobrecen en selenio y si el alimento de nuestras aves procede de estos lugares pueden aparecer la carencia.
   El tratamiento de esta enfermedad, así como su prevención, se deduce de los expuesto anteriormente y se basa en suministro de vitaminas E. y compuestos de selenio en la dieta.
   b) cobre: 

   La vida de absorción del cobre es habitual en el resto de los oligoelementos, es decir, entran por el intestino y pasan a la sangre que los distribuye hasta sus acúmulos que en el caso del cobre se sitúan en la médula ósea, la piel y las plumas. 
   La función principal del cobre es intervenir en formación de la hemoglobina de una manera momentánea, pues no forma parte de la estructura química de dicha sustancia (el hierro sí).
   También forma la (mielina), sustancia que recubre los nervios protegiéndolos. Del mismo modo participa en la formación de la (melanina) sustancia que da color a la piel y a las plumas. Otras función del cobre consiste en la formación de (queratina), sustancia que da resistencia y estructura a la plumas. 
   Un kilo de pienso contiene 10-15 mgr. de cobre, por tanto los 30 gr. que ingieren las palomas al día les proporcionan aproximadamente medio miligramo, por lo que desde esta cifra hasta que se cumplan los dos mgr. (3 mgr. en la muda y reproducción) se les debe suministrar a través del grit o de correctores minerales suministrándoles periódicamente.
   La carencia de cobre nos muestra un animal abitado por la anemia, inapetente, cansado, en resumen con unos síntomas similares a los de la carencia de hierro. Además, podemos encontrar casos de parálisis, sobre todo en los pichones, por lesiones nerviosas. Siempre parecen los animales con un mal plumaje, plumas quebradizas, sin brillo, despigmentadas, etc.
   Debemos usar la prevención como arma contra esta carencia, debiéndose administrar un corrector mineral que posea en su composición sulfato de cobre.
   En la bibliografía consultada por nosotros no hemos encontrado constancias científicas de enfermedades carenciales por falta de este elemento en las aves. Sólo lo hemos visto citado en la paloma por R. Paulus, aunque más nos parece, lo considerado por este autor, un dato presumible que comprobado.
   No puede hablarse de carencia de cobalto sin ocuparse de la vitamina B12 de hecho, las manifestaciones carenciales son productos del déficit vitamínico, no por la mineral.
   Para aclarar esto diremos que dicha vitamina tiene dos formas de entrar en el organismo del ave; como tal a través de los alimentos o siendo formada en el intestino por la flora microbiana a partir del cobalto. La alimentación vegetal es pobre en vitamina B12, por lo tanto, las palomas al tener este tipo de dieta dependen más del cobalto y de la flora microbiana del intestino que otros animales con dieta carnívoras. 
   El síntoma más claro de esta carencia es el adelgazamiento, ya que la vitamina B12 (animal proteínas factor) interviene en la formación de las proteínas animales y el animal con carencia pierde rápido su estructura, Esto se acompaña de una anemia, pero no por falta de formación de hemoglobina, sino por falta de proteínas para formar los glóbulos rojos. Por supuesto los lugares donde se exigen grandes cantidades de proteínas son los más seriamente afectados, notando el cuidador la pérdida de calidad del plumaje y la detención o mal desarrollo de la reproducción.
   Como en los casos anteriores la primordial medida de lucha contra las carencias es la prevención, que en este caso se consigue además de administrado a los animales un corrector mineral a base de sulfato de cobalto, se puede colaborar suministrándoles una vez a la semana pienso compuesto de gallina que contenga harina de pescado, ya que este alimento es muy rico en vitamina B12
   d) Cinc:
   Es, sin duda, el oligoelemento más importante después del hierro, a pesar de que sus exigencias sean mínimas. 
   Entre sus funciones se encuentran las siguientes:
   -Forma parte de complejos enzimáticos (anhidrasa carbónica, carboxipeptidasa y alcohol deshidrogenasa).
   -Interviene en la osificación (activa la fosfatasa alcalina).
   -Regula la increción de insulina, hormona liberadora de glucosa, que es el combustible del organismo.
   En el organismo del ave penetra a través del alimento, donde debe ir en cantidades de 50 mgr. por kilo de pienso aproximadamente, cumpliéndose esto generalmente sin problemas.
   Estos dos oligoelementos que abordamos en último lugar, tiene una participación muy distinta en los procesos orgánicos de los animales; el primero participa en endurecimiento de los huesos y el segundo forma parte de diversos complejos enzimáticos.
   Es muy difícil que aparezcan una carencia de estos elementos, ya que por un lado se necesitan en pequeñísima cantidad y por otro son proporcionalmente frecuentes en la dieta. 
   Algunos casos de carencia en molibdeno en aves son citadas por bibliografía consultada por nosotros, pero no lo suficientemente claros y evidentes como para preocupar a los criadores de palomas mensajeras.

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