7/6/13

Perro Boxer
 El perro necesita una buena educación                  
   La educación es una necesidad vital para el perro. Así, si de cachorro el pequeño no conoce el orden y la jerarquía de la manada, de mayor la establecerá de la forma que le parezca; y el animal debe saber desde el primer momento que el jefe de la manada de la casa es siempre el dueño.
   Además, si el perro no confía o no puede confiar en el jefe de la manera continuamente, en este caso en el amo, el animal se vuelve inseguro y presentará múltiples alteraciones de su comportamiento, tales como recelo, falta de aseo, salvajismo e, incluso, tendencia a morder.
   No haga caso de algunas aseveraciones de ciertos dueños de perros que dicen que lo mejor es que el can tenga libertad absoluta o casi total y que lo peor para el animal es la obediencia. Sepa que tarde o temprano el perro de la persona que hace tales afirmaciones acabará debajo de un coche o peleándose con otro perro en una riña callejera de la ciudad.
   De lo hecho, cada vez se pierde más relación y comprensión existente entre el dueño y el perro. Muchas veces, lo único que tiene un propietario es un animal domesticado y nada más, es decir, un perro que no ha sido educado en profundidad y donde el dueño no ha buscado esa interrelación y comprensión entre el amo y el can. En la sociedad actuales donde el estrés y la prisa imperan, donde el perro es para el fin de semana, se pierde la suerte de poder llegar a conocer a un perro feliz.
   En animal contento y feliz es aquel al que se le enseñan cosas se colabora con él, se experimenta con él, se le educa, en una palabra, y a su vez, el perro recibe un premio y una recompensa  por esa actuación positiva ante la prueba.
   Además, los Boxer son unos maestros en explorar las debilidades humanas y saben en seguida con quién tiene éxito mendigar y quién no les echará del sofá. Sin embargo, el Boxer no verá esas personas débiles, sino que serán integrantes de la familia o de la manada que le permitirán hacer o no hacer determinadas cosas. De todas formas, el jefe y dueño del perro debe indicar a todos los miembros de la familia que si el perro no puede subirse al sofá, no puede subirse tampoco el cachorro del Boxer ni el adulto con el consentimiento de algún miembro de la casa. Las reglas son claras para todos.
   en contadas ocasiones, el perro puede empezar a morder en serio. En estas escasas veces, el dueño, normalmente, se aparta con horror del animal y dice ya no entender al perro. Ello sucede porque han dejado pasar por alto las pequeñas y primeras advertencias subliminales del perro, o también ha podido ser que hasta ese momento hayan estado de suerte con el perro no ha tenido necesidad de imponerse. Si le sucede algo así, lo primero que debe hacer es respirar profundamente ante el can. Si el perro joven, que ya está crecidito, hace castañear los dientes no dude en pegarle sin hacer uso de la fuerza con la palma de la mano debajo de la barbilla, y acompañe a la bofetada de un sonido de enfado. Con dicho gesto provocará que el perro cierre la boca, algo que es muy desagradable para él. Después, realice la orden pertinente por la que el perro quería imponerse, por ejemplo estar en el sofá, y oblíguele a bajar del sofá. a partir de ese momento el perro se sorprenderá y no volverá a subirse al sofá. tenga en cuente que el gesto indicado de dar al perro una bofetada por la parte baja de la barbilla para cerrarle la boca, sólo debe realizarlo a su perro, nunca ejecute ese tortazo a perros extraños o animales adultos que sean recién adquiridos.
   es muy raro que en general el Boxer muestre un comportamiento de denominación agresiva ante el propietario y a las personas de la casa. Sin embargo,  no olvide que el Boxer sabe imponerse de forma muy tranquila y encantadora entre la familia. Basta que los niños y los adultos se estén riendo del animal porque ha hecho alguna payasada para él tome una posición que no le está permitida.
   La situación es algo más complicada si en la familia hay niños pequeños, porque el perro se da cuenta en seguida que los miembros más débiles de la manada y de la comunidad humana en la que vive.
   Por todo ello, es importante que antes de comprar al animal se fije en cómo es el cachorro y su padres. Al igual que en el caso de las personas, entre los perros hay canes autoritarios o complacientes. A algunos perros les gustan tener siempre la razón, otros prefieren encogerse de hombros y evitar peleas, y los hay que son perezosos y comodones por naturaleza. De ahí, que el carácter del perro es importante para que tienda a adaptarse a la forma de la familia, si no se quiere que haya una catástrofe de personalidades. Lo mejor es que se entiendan bien con el perro, de forma evitarán muchos posibles problemas.
   según estas reglas descritas en los párrafos anteriores, una persona segura de sí misma y a la que la gusta imponerse será, seguramente, infeliz con un perro sumiso, que parece inseguro y a la vez tiene apariencia de asustadizo. Ese individuo siempre saldrá victoriosos de los enfrentamientos con su mascota, algo que en cierta forma no sabrá muy bien cómo interpretarlo.
   Por el contrario, una persona complaciente padecerá en extremos si tiene que reñir con su perro constantemente para que le obedezca. En estos casos, usted debe intentar convertirse en el jefe de la casa, haciendo uso de algunos conocimientos sobre educación canina; aunque dependiendo de lo obstinado que sea el perro, eso les será más fácil o más difícil. De todas formas lo tendrá complicado si el Boxer es un macho fuerte y dominante. Este tipo de personas deberá excluir, en principio, un animal grande y fuerte, al que simplemente no puede enfrentarse por una cuestión de diferencia física entre dueño y perro.
   La persona que se encuentre en una situación crítica y vea que su can no responde, deberá pedir consejo a un profesional de entrenamiento de Boxer para que le muestre el camino correcto a seguir en el trato con el animal.
   De todas formas, los perros aprenden a fuerza de premios y gratificaciones y no mediante castigos. Los perros no entienden de golpes, a pesar de que con ellos muestren miedo o arrepentimiento. 
   Cuando tenga que dar una reprimenda al can es suficiente con una palabra pronunciada de forma enérgica. Un simple <<puf>> o un <<no>> es suficiente para que el animal se pare en seco, después túmbelo de forma rápida y brusca mientras repite el mismo mensaje sonoro. Así es lo que harían los padres del Boxer y así es como mejor lo entiende, y no a base de golpes.
   Es importante no castigar ni reñir al perro por algo ocurrido en el pasado. La reprimenda tiene que ser llevada a cabo inmediatamente después del acontecimiento realizado por el can. Tenga en cuenta que el animal relaciona su enojo únicamente con lo que está haciendo en esos precisos momentos. El perro no puede pensar de forma lógica en el pasado. Además, sólo debe reñir al perro cuando esté haciendo lo que no quiere que haga. Si deja pasar ese momento oportuno, lo único que hará es confundir al can y, posiblemente, conseguirá lo contrario a lo que usted desearía.
   No olvide que los perros tiene una capacidad de aprendizaje increíble, es decir, lo pasan francamente bien cuando resuelven una tarea y reciben, por tanto, algún reconocimiento de su éxito por parte del dueño. Eso significa que no debe ser demasiado estricto ni excesivamente complaciente con los regalos y reconocimientos al perro; la persona que eduque al Boxer no debe mostrarse malhumorado o caprichosa en el trato. En el caso de que esté estresado o de mal humor , será mejor que suspenda los ejercicios en lugar de cometer fallos o des ser demasiado estricto con la educación del animal. También debe coger a los cachorros con brusquedad ya que ninguna medida educativa tiene que herir o dañar al perro.
   Al principio, los ejercicios sólo deben durar unos minutos, ya que el perro joven no es capaz de concentrarse durante mucho rato ni tampoco es capaz de retener mucho en su memoria.
   A medida que vaya creciendo se pueden aumentar la duración de las tareas, pero no debe parar nunca cuando observe que el perro ya se muestra cansado o está harto. El ejercicio tiene que finalizar con una tarea bien ejecutada, para que ese momento pueda compensarle con un premio o una golosina. Es decir, no abandone el ejercicio en plena frustración, al final hay que realizar alguna tarea que usted esté seguro que el animal va a realizar con total seguridad, así se terminará la sesión de trabajo con elogios al perro y diversión entre ambos perro y dueño.
   Los ejercicios que no ha podido hacer bien, será mejor que los deje para más tarde para que el perro le entienda mejor. Sólo de esta manera los ejercicios de educación se convertirán en una experiencia  agradable y el perro joven disfrutará plenamente de ellos. No olvides que éste es un requisito importante e indispensable para que el aprendizaje tenga éxito; además, esta regla es válida y suficiente para toda la vida educativa del Boxer.
   Todas las tareas deben concluir con una ronda relajada de juegos y caricias. Así pues, practique sólo en aquellos lugares en los que el perro pueda correr con seguridad y lejos del asfalto del tráfico rodado de coches.
   Algunos consejos extra en la educación del perro.

  • No lleves nunca al perro a hacer recados cuando tenga prisa mientras todavía esté siendo educado.
  • No practique nunca los ejercicios de forma metódica, a la misma hora y en el mismo lugar, ya que el can puede llegar a relacionar los ejercicios con el lugar y la hora y resultará después difícil que lo repita a otra hora del día o en otro lugar distinto.
  • El listado de ejercicios no tiene que convertirse en una rutina para el perro.
  • Si es posible hágase socio de una asociación canina deportiva.
   Las reglas básicas de la educación del perro para que éste lleve una vida segura, alegre, libre y sana son las siguientes: la subordinación, acudir a la llamada, ir de la correa, sentarse, echarse y cobrar.
   

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