Perro Boxer
Acudir a la llamada
La palabra adecuada para llamar al perro es:<<¡ven aquí!>>. Al principio debe utilizar esta voz bajo algún truco, es decir, agáchese y ofrezca al perro una chuchería, comida o un juego mientras pronuncia la palabra mágica <<¡ven aquí!>>.
Igualmente, el can entenderá que acudir a la llamada significa algo de provechoso para él. Por eso, no debe llamarle nunca en tono enfadado, ni tampoco debe castigarle porque ha tardado demasiado. Pero no olvides que siempre que acuda a su llamada debe ser recompensado por ello de forma alegre.
Si el animal se vuelve muy independiente y hace caso omiso de las llamadas, siempre considerando que las llamadas son para algo y son imprescindible, debe empezar a utilizar una correa larga. En esos casos sujete una cuerda de colgar la ropa del collar y deje que la arrastre; con este procedimiento, mantenga al perro casi siempre bajo vigilancia para evitar que se enrede y pueda hacerse daño. Entonces llámele e insista en que acuda a la llamada; en el supuesto de que el perro no acuda a la llamada, pise la cuerda y tire de ella con un movimiento brusco. Una vez que llegue a su lado, no le regañe, tan solo limítese a tirar de la cuerda y a felicitarle profundamente.
Si el efecto sale bien, pruebe a llamar al perro cuando esté atado a la correa, y déjele suelto sólo en aquellos lugares en donde no haya ningún coche y, a ser posible, en parques urbanos amplios y espaciosos donde no haya más personas ni perros que le puedan distraer de las llamadas de aprendizaje que le realiza.
Cuando le llame, hágalo sólo una vez e intente captar, al mismo tiempo, la atención del perro. Acto seguido, escóndase detrás de un matorral y empezará a buscarlo. Si el perro acude, felicítele por ello y dele un premio.
Cuanto más tiempo practique este ejercicio de la llamada, mejor lo hará el can. No obstante también debe tener paciencia ya que no siempre el perro responde a la primera ni a la segunda vez. Si no logra aprenderlo, no se enfade, ya que en esos casos el perro no acudirá porque relaciona el enfado con el hecho de acudir a su lado y, como consecuencia, en posteriores ocasiones hará caso omiso de sus llamadas y reclamos.
Igualmente, el can entenderá que acudir a la llamada significa algo de provechoso para él. Por eso, no debe llamarle nunca en tono enfadado, ni tampoco debe castigarle porque ha tardado demasiado. Pero no olvides que siempre que acuda a su llamada debe ser recompensado por ello de forma alegre.
Si el animal se vuelve muy independiente y hace caso omiso de las llamadas, siempre considerando que las llamadas son para algo y son imprescindible, debe empezar a utilizar una correa larga. En esos casos sujete una cuerda de colgar la ropa del collar y deje que la arrastre; con este procedimiento, mantenga al perro casi siempre bajo vigilancia para evitar que se enrede y pueda hacerse daño. Entonces llámele e insista en que acuda a la llamada; en el supuesto de que el perro no acuda a la llamada, pise la cuerda y tire de ella con un movimiento brusco. Una vez que llegue a su lado, no le regañe, tan solo limítese a tirar de la cuerda y a felicitarle profundamente.
Si el efecto sale bien, pruebe a llamar al perro cuando esté atado a la correa, y déjele suelto sólo en aquellos lugares en donde no haya ningún coche y, a ser posible, en parques urbanos amplios y espaciosos donde no haya más personas ni perros que le puedan distraer de las llamadas de aprendizaje que le realiza.
Cuando le llame, hágalo sólo una vez e intente captar, al mismo tiempo, la atención del perro. Acto seguido, escóndase detrás de un matorral y empezará a buscarlo. Si el perro acude, felicítele por ello y dele un premio.
Cuanto más tiempo practique este ejercicio de la llamada, mejor lo hará el can. No obstante también debe tener paciencia ya que no siempre el perro responde a la primera ni a la segunda vez. Si no logra aprenderlo, no se enfade, ya que en esos casos el perro no acudirá porque relaciona el enfado con el hecho de acudir a su lado y, como consecuencia, en posteriores ocasiones hará caso omiso de sus llamadas y reclamos.
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