11/11/11

Cómo seleccionar los pichones

¿Cómo seleccionar los pichones?
Estamos ya en primeros de invierno y la mayoría de nosotros hemos hecho las parejas reproductoras para criar pichones para los Derbys y concursos de verano. No obstante hay una serie de condiciones que se han de cumplir para seleccionar los pichones de la máxima clase posible y descartar los defectuosos sean de la pareja que sea.
Cuando la cesta no ha descartado las palomas de menos valor. no queda otra solución que la selección a la mano; pero ¿Cómo se debe proceder?.
Las palomas jóvenes que son robustas, pero no están sanas, deben ser eliminadas inmediatamente, ya que éstas superpoblarían el palomar y, en el futuro, salvo raras excepciones, sería únicamente comederas inútiles.
Mientras no poseáis una mano suficientemente experta, quedaros con aquellas que son bonitas, sanas y sobre todo, muy vivas.
He aquí, en forma condensada, una visión de conjunto de todo aquello que podemos ver en las palomas jóvenes, que merecen ser conservadas.
Deben presentar un aspecto altivo y robusto, sin por ello ser pesadas Poseerán un cuello derecho, sin ser demasiado largo. La cola no debe tocar el suelo, sino que debe mantenerse en posición horizontal.
Las plumas de la cola no pueden ser demasiado largas y deben cubrirse mutuamente hasta el punto de dar la impresión de que no existe sino una sola pluma. Las puntas de las alas llegarán hasta un centímetro o centímetro y medio del extremo de la cola, sobre la cual reposarán cuando la paloma descansa.
El color del plumaje tiene poca importancia en las palomas unicolores, grises, azules, etc. Las líneas transversales del ala deben resaltar mucho y ser más sombrías (buena pigmentación).
Si cogéis un palomo pichón en vuestras manos, si separáis sus alas, su dorso debe ser ancho y plano, y su línea debe prolongarse desde el cuello hasta la cola, de manera que dé la impresión que sólo existe una pluma.
La horquilla, no demasiado cerrada, debe ser bien sólida y lo más corta posible (sobre todo en los machos); todo pichón con una horquilla demasiado larga o elástica, debe ser eliminado.
Después de colocar los dedos pulgares e indice bajo el extremo de cada ala, ejerced una presión lenta pero firme sobre los huesos. El pecho debe ofrecer una buena resistencia; todo esqueleto que cede a la menor presión de los dedos, indica una constitución corporal débil.
El esternón debe ser recto y grueso, ligeramente arqueado en forma de pecho, la parte trasera tan gruesa como sea posible. Descartad todo pichón con el pecho demasiado entrante a la horquilla demasiado separado del esternón. Los órganos internos no estarán bien colocado en su lugar y la paloma no tendrá el equilibrio necesario durante el vuelo.
El ala y la parte posterior del ala deben estar bien provista de plumas sedosas. Las plumas grandes serán flexibles y la parte posterior del ala suficientemente gruesa y en armonía con el ala. Cuando ésta se encuentre extendida, debe formar una superficie continua y ligeramente encovada hacia atrás, a excepción de las cuatro últimas plumas que, en oposición con las otras plumas, se dirigen más bien hacia el exterior.
No conservéis nunca un pichón con una ala rígida; es necesario, cuando se la extendáis, que parezca abrirse; efectivamente, el ala debe abrirse por si misma con suavidad.
No penséis que una paloma es flexible cuando cierra su ala con fuerza al dejársela libre; por el contrario, esta dureza es la prueba de que nunca llegará a ser campeón, una paloma de clase.
El ojo presentará una mirada viva y franca, brillante de inteligencia; el color tiene poca importancia; se encuentran buenas palomas de todos los colores, a condición que sean vivos y claros.
Los ojos son de un interés capital. Su brillo nos puede dar una indicación del valor. La prueba de expresión de la mirada se percibe colocando palomas de diferentes categorías delante de uno mismo: una buena, una mediana, y otra de menos valor.
Con estas ligeras explicaciones debemos descubrir entre nuestros pichones aquellos que merecen la pena ser conservados; deberán estar exentos de toda tara visible.
El frío y el aire húmedo son dañinos para la crianza. Las palomas no se sienten bien en el medio malsano; nunca podrán conservarse en buena salud, nunca exteriorizarán el mejor valor deportivo y raramente se encontrarán en la condiciones ideal, es decir, en forma.
El frío es muy perjudicial y como estos locales están rodeados de aire húmedo, se constatarán rápidamente resultados catastróficos, tanto en la crianza como en la competición.
Desde el otoño hasta el inicio de la primavera, los días serán en su mayoría fríos y húmedos, es precisamente durante este periodo cuando se crían el mayor número de pichones. Al inicio del año se cría para poseer pichones precoces para participar en los Derbys y en los concursos sociales de verano.
La crianza es pues un trabajo ingrato y difícil en instalaciones que no responden a las condiciones de calor y no húmedas. En estos palomares, las palomas viejas viven sin ganas, no resisten ni a las enfermedades ni a la fatiga, están abatidas por todo tipo de males y no poseen una fuerza vital suficiente para resistir.
El frío y la humedad son malos para el mantenimiento de la salud de las palomas y crianza de los pichones. La paloma resiste el frío que no causa ningún perjuicio a su salud cuando el aire que respira es seco. A pesar de todo, la muda no termina más tarde en un palomar frío.
Debemos poner todos los medios para dar a las palomas todo el confort posible, alojadolas en un palomar seco y sano.

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