Picar o picaje
Aunque este problema sólo suele afectar a los loros y periquitos, también aparece a veces entre los canarios. Las causas pueden ser de índole diversa y las posibilidades de "desacostumbra" al pájaro son muy remotas. Vaya esto por delante para que el lector no se haga demasiadas ilusiones de poder curar a su "comedor" o "arrancador" de plumas. A largo plazo se tendrá que contentar con su aspecto "averiado", aunque tenga períodos de mejora.
Este vicio comienza frecuentemente porque los padres les arrancan las plumas a los polluelos. Ello a veces tiene que ver con la hembra vuelva a tener ganas de criar y pretende emplear las plumas que arranca como material para el nido. Con la misma frecuencia se las arranca a sí misma si no encuentra otro material. Algunas hembras les arrancan a las crías las plumas que les salen y que aún se encuentran en los cañones y son pequeñas. En tal caso considerará estas plumas fuente de su propio aporte mineral. Posteriormente también lo intentarán con otros pájaros que estén mudando o con sus propias plumas. De esta manera muchos canarios ya tienen experiencia en arrancar o comer plumas desde su nacimiento y los jóvenes comienzan con este hábito como un juego para pasar el rato.
No obstante, la mayoría de canarios se convierten en adultos con un plumaje impecable y son vendidos y, casi siempre, su nuevo propietario los mantiene solos. Algunos no tardan en empezar a comerse las plumas, a veces por soledad y aburrimiento, ya que el hombre no suele poder convertirse en el sustituto del compañero que necesitan, como sí se de el caso con los periquitos. En algunos canarios tarda años en aparecer el hábito de arrancarse las plumas, y en otros no aparece nunca. La mayoría de veces la tentación se da por primera vez durante la muda cuando hay plumas que salen. No es necesario que haya carencia de minerales y oligoelementos, pero ésta a veces se hace patente. Como ya se ha mencionado en capítulo sobre la alimentación, hay que darle al pájaro durante todo el año un aporte suficiente de estas sustancias vitales para él. Si el cuerpo no ha podido almacenar bastante minerales y oligoelementos sienten las aves tal necesidad de ellos durante la muda que atacan a sus propias plumas. Las sustancias minerales aún fluidas que tienen las plumas en crecimiento son lo que el pájaro prefiere, y suele seguir arrancándoselas; no sabe que con ello se perjudica a sí mismo.
Como se desprende de estas explicaciones, el problema es muy variado y, con toda seguridad, todavía no he mencionado toda las causas de la pica o el picaje. Entre otras también se puede mencionar un ambiente lleno humo, una humedad ambientar demasiado baja y la carencia de luz, principalmente de luz solar.
Si el lector obrara bien, quizás halle la causa de que un canario se arranque las plumas, y en tal caso deberá corregir las deficiencias y errores encontrados. Deberá optimizar el aporte de sustancias minerales. Dele al ave un compañero si cree haberse dado cuenta de que la causa de la pica está en la nostalgia. Muchas veces se ha podido ayudar a un pájaro sacándolo de su vida de ermitaño y acomodándolo en una pajarera con otros congéneres.
En los comercios de animales existen productos en pulverizador contra esté hábito, que pretenden que el pájaro deje de comerse sus plumas mediante un sabor amargo. A veces puede servir de ayuda, pero en la mayoría de los casos no sirve de nada o sólo durante poco tiempo. En este caso es preferible distraer al pájaro dándole algo en que ocuparse. A veces es suficiente con colgarle un trozo de cuerda de cáñamo gorda dentro de la jaula. Tal vez intente durante horas deshacer los extremos de los hilos o arrancarlos. Se entretendrá con entusiasmo si tiene hierbas silvestres con semillas frescas, y todavía preferirá más un tepe de césped (con tierra). En invierno y a comienzos de primavera se pueden poner en agua unas ramas hasta que aparezcan las yemas. Éstas son un excelente alimento verde, y además hacen olvidar al pájaro su manía de arrancar las plumas. El mismo servicio lo hace una rama de conífera.
No obstante, la mayoría de canarios se convierten en adultos con un plumaje impecable y son vendidos y, casi siempre, su nuevo propietario los mantiene solos. Algunos no tardan en empezar a comerse las plumas, a veces por soledad y aburrimiento, ya que el hombre no suele poder convertirse en el sustituto del compañero que necesitan, como sí se de el caso con los periquitos. En algunos canarios tarda años en aparecer el hábito de arrancarse las plumas, y en otros no aparece nunca. La mayoría de veces la tentación se da por primera vez durante la muda cuando hay plumas que salen. No es necesario que haya carencia de minerales y oligoelementos, pero ésta a veces se hace patente. Como ya se ha mencionado en capítulo sobre la alimentación, hay que darle al pájaro durante todo el año un aporte suficiente de estas sustancias vitales para él. Si el cuerpo no ha podido almacenar bastante minerales y oligoelementos sienten las aves tal necesidad de ellos durante la muda que atacan a sus propias plumas. Las sustancias minerales aún fluidas que tienen las plumas en crecimiento son lo que el pájaro prefiere, y suele seguir arrancándoselas; no sabe que con ello se perjudica a sí mismo.
Como se desprende de estas explicaciones, el problema es muy variado y, con toda seguridad, todavía no he mencionado toda las causas de la pica o el picaje. Entre otras también se puede mencionar un ambiente lleno humo, una humedad ambientar demasiado baja y la carencia de luz, principalmente de luz solar.
Si el lector obrara bien, quizás halle la causa de que un canario se arranque las plumas, y en tal caso deberá corregir las deficiencias y errores encontrados. Deberá optimizar el aporte de sustancias minerales. Dele al ave un compañero si cree haberse dado cuenta de que la causa de la pica está en la nostalgia. Muchas veces se ha podido ayudar a un pájaro sacándolo de su vida de ermitaño y acomodándolo en una pajarera con otros congéneres.
En los comercios de animales existen productos en pulverizador contra esté hábito, que pretenden que el pájaro deje de comerse sus plumas mediante un sabor amargo. A veces puede servir de ayuda, pero en la mayoría de los casos no sirve de nada o sólo durante poco tiempo. En este caso es preferible distraer al pájaro dándole algo en que ocuparse. A veces es suficiente con colgarle un trozo de cuerda de cáñamo gorda dentro de la jaula. Tal vez intente durante horas deshacer los extremos de los hilos o arrancarlos. Se entretendrá con entusiasmo si tiene hierbas silvestres con semillas frescas, y todavía preferirá más un tepe de césped (con tierra). En invierno y a comienzos de primavera se pueden poner en agua unas ramas hasta que aparezcan las yemas. Éstas son un excelente alimento verde, y además hacen olvidar al pájaro su manía de arrancar las plumas. El mismo servicio lo hace una rama de conífera.
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