La buena sangre no puede engañar
Se dice (la buena sangre no puede engañar). Y, sin embargo, podríamos añadir a ésto -en lo que concierne a las palomas-: con la condición de que esta sangre circule en un cuerpo sano.
En efecto ¿de qué sirve la buena sangre del mejor origen si ésta debe circular por un organismo deficiente?.
Tanto el origen y la raza como la calidad de la sangre, son factores a tener en cuenta en el momento de seleccionar una paloma.
Pensamos que el aficionado ganará mucho si estudia la variedad de las palomas que cultiva; decimos (variedad) en ves de raza u origen, pues hoy día ya no existen troncos familiares bien ordenados; todas las palomas actuales son producto de muchos cruces.
El término (variedad) corresponde mejor a la realidad. El colombófilo busca una variedad por medio de los cruces, para constituir un tipo que le sea propio y para tratar de mejorar lo que posee.
Por el estudio y las notas tomadas cuidadosamente, el aficionado podrá darse cuenta de los progresos de su cultivo. Es de un gran interés tener una opinión firme en el momento de la selección, con el fin de poder cerciorarse de si su cultivo progresa o decae.
Si notamos progreso, es signo evidente de que los emparejamientos han sido hechos de una manera acertada; en el caso contrario, se debe deplorar un retroceso.
Repetimos una vez más nuestros jóvenes amigos, que el deporte colombófilo es una escuela de observación, con el fin de poder decidir en qué momento se plantea el delicado problema de la selección. Esta operación se presenta a menudo difícil y fastidiosa; sin embargo, de ella depende el futuro de la colonia.
El que no progresa, retrocede. Es la razón por la que insistimos sobre el juicio que debemos hacer sobre cada una de las palomas teniendo en cuenta los elementos que conocemos de su antepasados.
Partiendo de este principio simple y práctico y efectuando la selección el aficionado mismo, aprenderá a conocer sus propias palomas. Deberá prestar atención para no dejarse sorprender por una decadencia.
Cuando la vitalidad y la salud disminuyen, sea porque los músculos o el esqueleto se debilitan, sea porque el plumaje pierde si riqueza, la agilidad disminuye o desaparece.
El aficionado estará al tanto de la evolución favorable o desfavorable de sus palomas, por la observación y la comparación. El arte del aficionado estriba en ver todo antes de que sea demasiado tarde.
Este conocimiento lo adquiriremos por medio de una gran atención, por la observación y por comparaciones.
Todo ésto que acabamos de decir, podría ser mal comprendido si no hablásemos de alguna faltas graves. ¿Qué queremos decir con ésto?. Una falta no es otra cosa que la pérdida de una cualidad, la pérdida de fuerza, la falta de velocidad, la resistencia insuficiente para los concursos de gran recorrido, etc.
¿Qué es la fuerza?
La fuerza viene determinada por los sistema musculares y óseo, y, sobre todo, por el corazón y los pulmones (recuperación fácil de un esfuerzo prolongado), pero igualmente por la suavidad y soltura del vuelo. Podemos apreciar ésto, presionado ligeramente sobre los músculos del pecho. Esto deben ser fuerte y salir de los dos lados del esternón. Los músculos de la articulación del ala y del hombro, del dorso, de los riñones y los músculos de las ancas, deben ser redondos y elásticos, fuertes, pero sin ser demasiado duros.
Presionando el dorso de la paloma, valoraremos la fuerza de los huesos. Si el esternón cede a esta presión, la paloma nunca estará en condiciones de recorrer grandes distancias.
Nunca consideramos un sistema óseo voluminosos como un signo de fuerza; puede ser pesado cuando el esternón es grueso y los hombros son fuertes y bien cargados.
La endeblez del esqueleto se ve fácilmente en la articulaciones delgadas del ala; éstas indican un esqueleto deficiente.
En principio, el esqueleto determina el peso de la paloma, y, ante todo, va en proporción a la fuerza del ala. La longitud está en proporción con el peso y tamaño de la paloma.
Para tener una paloma equilibrada, cuando más pesada sea ésta más fuerte serán sus huesos y más fuerte debe ser la superficie del ala.
Poder valorar estos datos en la práctica, es el comienzo del conocimiento y un gran paso hacia adelante en el deporte colombófilo.
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