El palomar
Todo colombófilo sabe que el palomar tiene una gran importancia para el rendimiento de las palomas. No se puede ignorar que la calidad de las instalaciones juegan un papel preponderante en el mantenimiento de la forma.
En un buen palomar, los resultados serán siempre satisfactorios, y serán malos en un palomar defectuoso.
Un buen palomar será sano, un mal palomar será insano; y a pesar de todo, existen algunos que son en todo aspectos confortables y sanos y sin embargos, la palomas que en él se encuentran no están nunca en plena posición de sus medios antes del mes de mayo. Estos son palomas donde hay un gran diferencia de temperatura entre el día y la noche.
La forma de las palomas alcanza su punto culminante y permanece más tiempo cuando las temperaturas del día y la noche son casi las mismas. En los palomares donde la diferencia de temperatura pasa de ocho a diez grados en abril y mayo, las palomas no alcanzarán la buena forma antes del mes de junio.
La circulación de la sangre lucha contra los efectos del frescor de la noche y la paloma emplea demasiadas calorías para adquirir pronto la forma en la estación.
Pero cuando llega el calor, si esta diferencia no es más que de unos grados, la forma llega por si misma.
Debemos pues admitir que la gran diferencia de temperatura entre el día y la noche, juega un gran papel en la aparición de la forma en las paloma, y que ésta desaparecerá al menor desnivel de temperatura.
Hay muchos aficionados que no poseen las instalaciones deseables; éstas no han sido estudiadas ni adaptadas a las leyes fundamentales del confort, a las leyes de la práctica de un deporte como el nuestro.
En estos palomares la selección está basada únicamente en los resultados del año precedente, es decir, en el rendimiento de cada paloma en particular.
Partiendo de esta constatación, concluimos, que una paloma sometida a fuertes desniveles de temperatura entre el día y la noche, difícilmente alcanzará la forma antes del mes de junio. Una selección basada en el rendimiento obtenido por las palomas antes de este mes, no tendrá en cuenta las posibilidades de los mismos sujetos puestos en juego durante los meses de calor, pues ellas alcanzarán su rendimiento máximo dentro del marco de sus posibilidades reales. Añadamos que en los palomares donde las temperaturas varían de una manera exagerada, la paloma se debilitan.
La falta de vigor en una paloma -consecuencia igualmente de su edad- es un falta grave, a la que el aficionado prestará mucha atención ya que una paloma muy gastada nunca dará buenos resultados. Hay muchas palomas que se acaban rapidamente, y no es raro encontrar algunas que se consumen definitivamente como consecuencia de una etapa demasiado dura o de una reproducción exagerada. Criar mechas parejas de pichones sucesivamente y sin reposo, el empleo exagerado de drogas, ciertos métodos de juego mal adaptados, causan un desgaste rápido de las mejores palomas.
Las hembras sometidas a la viudez y encerradas en malas condiciones, se desgastan con más rapidez que aquellas que se sujetan a un trabajo moderado, sean los concursos, sea la reproducción.
La reproducción de las palomas envejecidas deja aparecer una degeneración del plumaje en los descendientes. Habrá que ser muy severo en la selección.
Si criamos tales palomas, en muy poco tiempo todo el cultivo puede ser reducido a la nada; toda su descendencia tendrá un plumaje seco y áspero.
Nunca una selección será lo suficientemente severa si se quiere construir una colonia sólida de palomas con osamenta fuerte y plumaje rico.
Lo cual no quiere decir que una paloma sólida tenga que ser necesariamente pesada. Por el contrario, palomas demasiado pesadas y corpulentas son a menudo construidas de un modo menos robusto que palomas pequeñas o de una corpulencia mediana.
Preferimos una paloma plana, pero flexible, a otra con el esternón colgando pero cuya osamenta no puede sufrir la menos presión.
Además de la osamenta robusta y sólida, el ala debe llamar también la atención del aficionado. La flexibilidad de todas las articulaciones y la riqueza del plumaje son garantía de las cualidades de la paloma.
Una paloma con alas ligeras volará más fácilmente, más tiempo y con menos cansancio que otra cuyas alas sean menos flexibles.
También la respiración debe ser para el aficionado un sujeto de observación, ya que es la base primordial de todo buen resultado.
La buena respiración es fácil de descubrir. Una paloma que respira bien, tiene una garganta totalmente sana, se puede ver dentro de ella lo más profundo posible y su pico se cierra completamente.
Podemos asegurarnos de la calidad de la respiración de las palomas tranquilas, es decir, de las palomas que no se ha corrido detrás de ellas para cogerlas, e incluso de las palomas demasiado nerviosas que se las sujeta difícilmente.
Es aconsejable, antes de examinarlas, emplazar dichas palomas en una cesta con el fin de que normalicen su respiración.
Habrá que tener en cuenta que el ritmo respiratorio es diferente en las palomas de fondo; éstas respiran con más lentitud que las palomas de velocidad y de semifondo; una hembra perseguida al nido respira más rapidamente y de una manera más brusca que otra que permanece tranquila en él.
Cuando en el examen se observa que el ritmo de la respiración es lento, es debido a que la paloma tiene un corazón sólido y poco emotivo y cuya salud es perfecta.
Sabemos que las mejores palomas son aquéllas que vuelan con la misma exactitud y regularidad sobre toda la línea de vuelo; son palomas que no les falta nada. No tiene defectos, Se benefician de una salud extraordinaria, de una combatividad ilimitada.
Si éstas palomas están bien dirigidas, durarán mucho tiempo. No hay que olvidar que para llegar a campeón y continuar siéndolo, se debe trabajar mucho, observar, buscar, tantear, obrar lentamente, tener mucha paciencia, tratar de vencer las dificultades e incluso es necesario, sacrificar toda la colonia.
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