Algo sobre el entrenamiento
La verdad es que el entrenamiento es de una necesidad absoluta. Los colombófilos ha comprendido que igual que un atleta humano, la paloma necesita un entrenamiento regular para obtener fuerza, potencia y suavidad.
Pensamos que existen diferentes tipos de entrenamiento para las palomas, y que no será el mismo para los pichones, las palomas de un año o las palomas viejas. Serán también diferentes según los concursos a los que la paloma esté destinada.
Hablaremos en primer lugar del entrenamiento de los pichones, teniendo en cuenta que su finalidad no es la misma que el impuesto a las palomas viejas.
Para los pichones, más que una preparación en vista de los concursos, se tratará de un reconocimiento de los alrededores del palomar.
Comenzamos dejándolos la primera vez a una distancia muy corta, que iremos aumentando paulatinamente hasta llegar al kilometraje exigido para los primeros concursos. Cuando alcancemos la distancia de veinte kilómetros, en vez de dejarlas en grupos, lo haremos individualmente.
Inicialmente los dejaremos en grupo puesto que no tienen todavía suficientemente desarrollado el sentido de la orientación. Por la repetición de estos ejercicios irán imprimiendo en su memoria la disposición de las cosas y del lugar. Después de esta primera experiencia, los iremos soltando individualmente, uno detrás de otro y únicamente cuando el precedente haya desaparecido en el horizonte.
Así los pichones se ven obligados a encontrar la buena dirección sin dejarse guiar o seguir por el resto del grupo.
En los siguientes ejercicios seguirán aumentando progresivamente las distancias hasta alcanzar los treinta kilómetros.
Aprenderán la línea de vuelo y grabarán en su memoria hasta los más mínimos detalles; es por eso que estos entrenamientos de reconocimiento del lugar deben ser seguidos necesariamente por todos los pichones en el año que sigue a su nacimiento.
Como hemos dicho, los iremos soltando unos en pos de otros, con algunos minutos de intervalo, para que individualmente vaya encontrando el palomar.
El dejarlos en grupos no ejerce ninguna influencia favorable sobre el desarrollo de sus facultades de orientación. serán únicamente los más inteligentes o los más astutos. Los que busquen el camino exacto. Los otros se conformarán con seguirlos.
Los pichones se aprovechan de los beneficios de un vuelo forzado. Pero no es solamente con los músculos con lo que se gana.
A los tardíos los excluiremos de estos ejercicios hasta finales de mayo. Entonces los entrenaremos como ya hemos dicho, pero evitando alargar demasiado bruscamente las distancias para no cansarlos excesivamente.
El entrenamiento de las palomas de más edad es mucho más fácil. Lo haremos por la mañana temprano. No se les dará ninguna ración completa antes de salir ya que ésto retrasaría la vuelta rápida al palomar. Es inútil entrenar aquellas palomas que de antemano sabemos que no valen nada. Ganaremos más eliminándolas del palomar o sirviéndonos de ellas para crías de pichones salidos de palomas extras.
El deporte colombófilo exige que se dedique el tiempo necesario diariamente al mantenimiento de los pichones, con el fin de que estén sanos por medio de unos ejercicios continuos y regulares.
Es entonces cuando este deporte constituye un verdadero placer y una distracción, pues los esfuerzos de los aficionados son siempre recompensados.
Los protagonistas de los concursos de pichones crías todos los años un gran número de ellos, pero no dudan en sacrificar algunos cuando termina la estación, pues los que quedan, es decir los buenos, reemplazarán a los otros.
Estos especialistas emplean un montón de pequeños trucos, como la excitación por el amor y los celos, para que pongan en juego todas sus posibilidades. Un aficionado que cría siempre un número determinado de pichones, no puede permitirse ésto. No podrá utilizar el mismo método ya que tendrá que economizar pichones. No podrá excitarlos por el amor y los celos y deberá guardarlos en un buen estado de salud con vista a la futura temporada de concursos.
A los pichones así tratados, se les servirá siempre una ración muy rica, exceptuando las semillas excitantes y evitando una alimentación exagerada. Nunca podrá quedarse semillas en el suelo del palomar.
Hay que mantener en buena salud los pichones que se encuentran en plena acción; ahí está el secreto del éxito. Para llegar a ésto habrá que observarlos continuamente y examinarlos inmediatamente a la vuelta de los entrenamientos o los concursos.
Aconsejo vivamente a todos aquellos que juegan con pichones (e incluso a los que juegan con palomas de otras categorías) que, para no sufrir una decepción, no duden en seguir las reglas que a continuación voy a dar. Los medios de preservación que anoté, hace algunos años, de un especialista en juego con pichones, son dignos de ser aconsejados para proporcionárselos a los pichones antes de llevarlos a los entrenamientos o concursos:
1. Limpiarles las ventanas de la nariz con mentol (una ligera dosis).
2. Lavarles el pico y la garganta con alcohol de treinta grados rebajado en 2/3 de agua.
3. Limpiarles los ojos con agua especial; una gota en cada ojo.
Tener en cuenta estas prescripciones será obrar bien por el mantenimiento continuo del buen estado de salud de las palomas.
Criar y participar con las palomas en concursos, son dos cosas totalmente diferentes. En efecto, criar es fabricar; participar es servirse de ellas.
El saber emplear convenientemente unos medios, constituye un verdadero arte; y querer un buen material es otro arte.
El buen aficionado tiene que brillar en los dos aspectos; entrenar bien y participar bien. Para realizar un buen comienzo no existe más que un medio: la buena paloma; el aficionado tiene que conseguir una colonia que le lleve a la gloria.
Llegará a obtener estos resultados gracias al material del que dispone, mejorando este material por las reglas de los cuidados y conocimientos de los mismos, sin perder el tiempo buscando por sitio alguno secretos que en realidad son inexistentes.
Muchos aficionados nunca llegan a alcanzar la finalidad asignada al deporte colombófilo, es decir, la distracción y no el descorazonamiento.
¿Cuál es la causa?: el que hayan tomado este deporte de cualquier manera y hayan debutado en él sin ningún conocimiento o preparación.
No es suficiente poseer una buena colección de palomas; este deporte exige mucho más.
El aficionado a las palomas es artesano de sus propios éxitos. El mismo debe trazarse un plan y seguirlo meticulosamente. Es inútil lanzarse a la batalla con armas defectuosas.
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