La seguridad, una de las modalidades a tener en cuenta
Quizás la única forma de saber si un aficionado realmente sabe o entiende de mensajeras es mirando los resultados que ha conseguido a lo largo de la temporada de concurso.
Concretamente, mirando el número de palomas que encesta y el número de palomas que recibe en el mismo día de la suelta (suponiendo que los concursos sólo duren un día.
Seguramente veremos esto más claros si ponemos un ejemplo concreto. Supongamos que dos aficionados vecinos se pusieron de acuerdo y realizan un concurso de palomas adultas.
Uno de ellos, el aficionado A, envió 10 palomas y recibió 10 en el día; mientras que su vecino, el aficionado B, también envió 10 pero sólo recibió 9 en el día (para nuestro propósito no nos interesa si la que le falló el primer día le retornó el día siguiente pues el concurso ya estaba cerrado por previo acuerdo mutuo).
En este sencillo supuesto, es muy fácil ver que el aficionado A lo ha hecho mejor que su vecino y contrincante el aficionado B, y por lo tanto, es el legítimo ganador de la prueba.
Compliquemos ahora un poco las cosas y supongamos que se vuelven a enfrentar nuevamente dichos aficionados. En este segundo concurso el aficionado A envió 10 palomas y recibió 8 en el día, mientras que el aficionado B envió 6 y recibió 6 en el día. Como ven, es más difícil resolver quien lo ha hecho mejor en esta ocasión.
La única forma de salir de dudas ante esta y otras ocasiones más complicadas es procediendo al cálculo matemático de la relación existente entre las palomas enviadas y las recibidas.
Este cálculo se realiza de una forma muy sencilla; Si nos fijamos en el número de palomas recibidas por ambos aficionados en este segundo concurso, vemos que para uno es de 8 y para el otro es de 6. Si sólo tuviéramos ésto en cuenta habría ganado el aficionado B, Ahora bien, como el aficionado A perdió dos palomas en este concurso debe sufrir una penalización que reduzca esta diferencia con el aficionado B que no perdió ninguna.
Dicha penalización bien podría ser igual a una reducción de esa número 8 en precisamente ocho décima parte (ocho palomas recibidas de diez enviadas) con lo que pasaría a convertirse en 6´4.
Aunque según este cálculo el aficionado A también ganó este segundo concurso, resulta que lo hizo por margen más estrecho de lo que en principio podía parecer (tan solo 6´4 contra 6).
Como han podido ver, para realizar un cálculo de este tipo basta el número de palomas enviadas (E) y el resultado obtenido multiplicado por el número de palomas recibidas (R).
El resultado de esta sencilla fórmula matemática: R x R/E no es más que la cuantificación del concepto de seguridad colombófila.
Es fácil darse cuenta de la exactitud del juicio que emite esta fórmula de la Seguridad, pues sólo se basa en dos variables: R = número de palomas recibidas en el día; y E = número de palomas enviadas; que son muy fácil de conocer.
El número de palomas enviadas (E) por el aficionado se controla en el momento de la recogida de sus palomas en el Club (apuntando el número de la anilla y colocándole un rossor con un número secreto a cada paloma); y el número de palomar que recibe(R) en el mismo día de la suelta se puede controlar haciendo que entregue los rossores antes de las doce de la noche del día del concurso.
Una vez entendido el concepto de "Seguridad" y conociendo la manera de calcular, nos resultará fácil admitir que fundamental que exista el campeonato de Seguridad.
Realmente es el tipo de competición ideal para diferenciar entre los aficionados que en verdad saben todo lo necesario sobre como viajar mensajeras sin sufrir pérdidas, de aquellos otros que sólo saben masacrar continuamente excelentes viajeras.
Si hay algo que me gustaría sacar como conclusión de todo esto es que un aficionado que continuamente pierde palomas adultas en los concursos es un aficionado que no sabe de palomas (más evidente aún si los comparamos con otro que en las mismas circunstancias raramente pierde alguna).
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