12/5/13

Perro Boxer
       Juegos y diversión con el Boxer
   Los perros necesitan tener contacto con sus congéneres para, así, aprender a tratarse los unos a los otros. Si un perro no sabe tratar al resto de animales de su raza, se convertirá, tarde o temprano, en un perro peleón y agresivo, y no hay nada más desagradable que un Boxer desafiante. Cuando el Boxer es así. todo lo que haga se puede convertir en una pesadilla, sobre todo los paseos; al final nadie querrá sacar al perro a dar un paseo y el animal acabará atrofiándose en el jardín de la casa, en el mejor de los casos.
   El trato con otros perros.
   En cuanto a la relación entre los cachorros y los adultos, hay de todo. En principio, la costumbres general indica que los cachorros pueden abusar de los mayores, ya que un animal adulto no hace nada a uno pequeño; pero está aseveración es cierta y falsa a la vez. Por norma general, los machos suelen ser bastante pacientes, mientras que las hembras, dependiendo de si sus instintos siguen siendo completos o no, pueden ser más agresivas, es decir, la hembra tiende a mantener el territorio libre de aquellas crías que son ajenas a su camada ya que éstas podrían competir por los alimentos.
   Por consiguiente, el hecho de dejar suelto a un cachorro para que corra y juegue libremente se puede convertir en una experiencia traumática y desagradable para el futuro.
   Lo ideal en estas circunstancias, si tiene cachorros pequeños, es que se pueda reunir habitualmente con otros propietarios de perros del vecindario para realizar salidas conjuntas para que los animales jueguen y a la vez aprendan las reglas de comportamiento entre ambos. Estos quiere decir que las salidas en grupo deben ser planificadas adecuadamente y no convertirse en reuniones diarias, en donde usted charla y se sienta con el resto de los propietarios de perros y deja que su can juegue a su libre albedrío con el resto de los perros del barrio.
   Si durante el paseo se encuentra con perros extraños, procure no perder la calma. En ese momento haga que su perro juegue con la pelota o con el juguete que lleva y manténgalo sujeto a la correa para que no se vaya en persecución del otro animal que acaba de ver y que no conoce. Sí, en ese momento, su Boxer se muestra excitado, el perro no tardará en conocer si usted mantiene la calma por su postura y su tono de voz que ocurre algo y que usted prefiere que el animal se mantenga a su lado.
   Si se encuentra fortuitamente con un perro extraño y su propietario, pregúntele a éste si su can es peligros. A continuación, deje que ambos perros se husmeen tranquilamente y después aléjese cada uno por su respectivo camino continuando el paseo iniciado para que el Boxer. En la mayoría de las ocasiones, los perros suelen reaccionar de manera correcta, es decir, se huelen y mantiene un mínimo de cuidado.
   No permita que su perro juegue y alborote con todos los perros que se crucen por el camino. Un perro debe saber comportarse siempre de forma disciplinada y no perder, en ningún momento, los papeles, porque seguramente a otros 100 metros aparecerá otro animal con el que su perro pueda volver a jugar o a olisquear.
   Si durante el paseo su perro muestra cierta agresividad a través de una marcha rígida, con el pelo de la nunca erizado, la cola alta y rígida y los labios levantados, además de proferir distintos sonidos y gruñidos, dígale <<en marcha>>, y siga adelante sin detenerse en ningún sitio. Es el momento propicio para que realice algunos ejercicios de obediencia hacia el can para que sepa, también, que usted es el líder y es la persona que lleva la responsabilidad en la actuación, que el perro no va a actuar por su cuenta y riego en ningún incidente o altercado. No obstante, si se llega a mayores y se produce una pelea entre ambos canes, por regla general, las cosas siempre parecen mucho más graves de lo que en realidad son. Si los perros son normales y con unos instintos estables y se encuentran en un terreno neutral, en raras ocasiones la pelea va a más y hay derramamiento de sangre.
   Por lo tanto, no deje guiar el pánico y, sobre todas las cosas, no intente ponerse en medios e intentar separarlos. Es mejor que se tome su tiempo y se ponga de acuerdo con el otro propietario para que cada uno coja a su perro por las patas traseras y luego lo levante al mismo tiempo.
   Cuando se toma la decisión de separarlos por ambos dueños, la acción debe ser llevada a cabo lo más rápidamente posible. Y una vez separados, cada propietario debe dar ordenes a su respectivos can del tipo <<en marcha>>, <<siéntate>> o <<échese>>, por lo menos hasta que se hayan calmado todo el proceso, examine a su perro a ver si tiene algún tipo de herida o arañazo. 
   También es cierto que una cosa es la teoría y otra muy distinta la realidad, y una riña entre perros es, ante todo, una experiencia desagradable y espantosa para personas, sobre todo, inexpertas. Por consiguiente, debe evitar a toda costa estos desagradables conflictos de dos formas:

  •  Acostumbrando al perro joven al trato con otros perros.
  • Haciendo que el perro obedezca de forma fiable y segura a la llamada del amo para que no se meta en líos.
   

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