29/6/11

Palomas Mensajeras

PRECAUCIONES ANTES DEL INVIERNO
Hay mucha gente que experimenta las influencias nefastas del otoño y de la etapa que precede al invierno. Efectivamente, no se encuentran tan bien como algunos meses antes. Muchos de nuestros conciudadanos tienen la cara sombría. Es un período crítico en el cual el clima juega un papel importante para la salud.
Lo mismo podríamos decir de las palomas. Estas exigen más cuidados que de costumbre. El palomar exige más vigilancia que lo normal. En este momento, la muda de las plumas pequeña debe ir bien avanzada, solamente las últimas plumas de combate, que juega el papel más importante durante los concursos, sufren todavía un retraso en la muda.
Repetimos una vez más, una buena muda y sobre todo un buen término de la misma, depende ante todo de un buen estado de salud, y no nos cansaremos de decir que la humedad es uno de los mayores enemigos que la pueden contrariar.
Podemos aconsejaros, después de tomar las medidas necesarias de higiene y limpieza, cuáles son los medios para preservarse de la enfermedades que surgen en los palomares al final del otoño. Vivimos en un país donde los últimos mese del año están caracterizado por un cielo triste y gris, por la humedad del suelo y por las perturbaciones atmosféricas.
Las nieblas de la tarde y las lluvias, mantienen una humedad constante en nuestros palomares. Podemos decir que esta humedad influye bajo la forma más nociva sobre la salud de nuestras palomas. Sin embargo, deberemos adaptarnos a ella y reaccionar contra las influencias nefastas de dicha humedad.
No hay que decir que no se puede hacer nada en contra de este mal tiempo, pues todos los años se dan los mismos fenómenos y siempre en el mismo momento. Algunos años la estación llega con retraso, pero enseguida se sucede un encadenamiento de nieblas, lluvias y mal tiempo. Para preservar la buena marcha y la salud de las palomas debemos tomar las medidas que contrasten los caprichos de la Madre Naturaleza. Es el momento de ocuparse más y más de las palomas, y, al mismo tiempo, de practicar una minuciosa limpieza de nuestros palomares. Es sobre todo durante este período cuando nuestras instalaciones exigen una limpieza más rigurosa. Tendremos que vigilar bien, pues únicamente nosotros somos los responsables de la salud de la colonia.
Muchos aficionados piensan que el amontonamiento de las deyecciones en el suelo del palomar, constituyen una garantía cierta contra la humedad y la conservación de la temperatura. Es un gran error. Los peligros encerrados en esta manera de actuar (focos predilecto de microbios y gérmenes) nos llevan a una más sana concepción de la realidad.
Se debe limpiar el palomar todos los días. Esto no exige mucho tiempo, sobre todo teniendo en cuenta que los nidades están cerrados o retirados y que no hay más que limpiar el suelo.
Después de rascar y barrer, será conveniente desparramar por el suelo cal muerta o cal de blanquear (esta última se vende especialmente en los comercios de mercancías para colombófilos).
Obrando de esta manera, el palomar estará siempre limpio, seco y sano, y favorecerá el alejamiento de gérmenes de enfermedades. Si realmente queremos un medio efectivo para suprimir del palomar todos los gérmenes de las enfermedades, no hay nada mejor que los productos bien conocidos en el mercado.

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