Por el hecho de que estas lombrices se transmiten de paloma a paloma, sin ninguna intervención y únicamente a través de las deyecciones, es fácil prevenir el contagio en el palomar.
Es suficiente con cuidar que las deyecciones no se pongan en contacto con las semillas.
Esto no presenta ninguna dificultad si alimentamos a las palomas en sus propios comederos. Es suficiente con colocar recipientes pequeños fuera del comedero, recubriéndolos de tal manera que las palomas no puedan ensuciar los alimentos.
Si la alimentación la hacéis en conjunto, emplead comederos con tapadera o varillas para que las deyecciones no puedan penetrar en el interior.
Las varillas dejan al menos un espacio de cinco centímetros para que las palomas puedan comer, impidiendo al mismo tiempo que se metan dentro. Así, las semillas, el grit, los polvos vitaminados y la sal, se encuentran al abrigo de las deyecciones y de los gérmenes de los parásitos.
Si no sois partidarios de los comederos, podéis emplear también un trozo de papel. Si tampoco sois partidarios del empleo del papel, podéis echar la comida en el suelo después de haberlo quemado con una lámpara de soldar, con el fin de exterminar todos los parásitos. La paloma es relativamente resistente a las enfermedades parasitarias.
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