30/5/12

La alimentación correcta

Las semillas
Las semillas o granos son el "pan de cada día" del canario. O sea, que se habrá de tener en cuenta que el pájaro obtenga siempre las mejores semillas, seca y exentas de polvo. Una garantía de comida fresca y limpia la ofrecen las casas acreditadas por sus mezclas para canarios, que se pueden adquirir en paquetes de distintas marcas en todas las tiendas de animales y en los departamentos correspondientes de los grandes almacenes. Se trata de mezclas que le aportan al canario, en las proporciones adecuadas, todo lo que necesita. Si sólo se cuida de uno o dos canarios, es aconsejable comprar estas comidas de marca, aunque sean algo más caras que los alimentos a granel.
Nunca se debe comprar demasiada comida de una vez, ya que podría pasarse y, si se conserva demasiado caliente o húmeda, también enmohecer. Si se guarda en un lugar seco y fresco, la comida puede quedarse en el paquete abierto. De lo contrario, es mejor ponerla en un tarro abierto de vidrio o plástico.
Si se observa con atención la mezcla para canarios, se verá que se compone de cierto número de semillas diferentes. Todas tienen diversas sustancias alimenticias y sabores y los canarios las ingieren en cantidades variables. Por esta razón las semillas también están mezcladas en proporción variables. Las mezclas corresponden aproximadamente, gracias a la experiencia y a tests de alimentación, al gusto de todos los canarios. No obstante, el lector no tardará en observar que su amigo prefiere una o dos clases y come poco o nada de las demás. Pero sería contraproducente darle únicamente los granos que más le gustan, ya que en tal caso su alimentación resultaría demasiado monótona y podría hacer engordar demasiado o enfermar al canario. De vez en cuando también un pájaro puede cambiar sus gustos y preferencia por una determinada clase de semillas, de manera que de repente comerá lo que antes había rechazado. Así, sucede lo siguiente: de una mezcla de semillas el pájaro siempre dejará o tirará algo, o sea que se desperdicia una parte de la comida. Sin embargo, no se le debe obligar a comerlo todo antes de darle comida fresca, ya que preferiría ayunar durante cierto tiempo antes de comer semillas que no le gustan. Por otro lado también sería erróneo darle comida fresca una vez haya escogido y comido los granos periféricos y reclame más. De los restos de comida y de su composición se deducirá si es necesario renovar su alimento o no.
No sólo por razones aducidas, al lector le interesará conocer la proporción de cada una de las semillas que debería contener una buena mezcla para canarios:
Semillas oleaginosas
20-50% de negrillo
20-40% de nabina
2-5% de cañamones
2-5% de linaza
2-3% de amapola
Semillas farináceas
20-30% de alpiste
5-10% de avena descascarillada
2-5% de mijo
2% de trigo
La comida de marca a menudo contiene, además de la mezcla de semillas, gránulos vitamínicos o proteínicos para cubrir las necesidades de vitaminas y proteínas del canario. Desgraciadamente, muchos pájaros desdeña estos adictivos. Ellos significa que el lector tendrá que cubrir sus necesidades de estas sustancias mediante hiervas, frutas y verduras, así como los alimentos a base de huevo y energéticos. Una canario puede pasar toda su vida con comida de granos seca, si ésta siempre es fresca y está mezclada en la proporción adecuada. Sin embargo, su vitalidad, su alegría de vivir y su canto se verían cada vez más mermados. En los próximos apartados el lector hallará lo que debería ofrecerle como suplemento a su canario.


22/5/12

Incubación y cría de los polluelos

Incubación y cría de los polluelos
Lo mejor es que se deje incubar y criar a los canarios en primavera. La mayoría de las veces habrá dos nidadas, o sea que, si todo va bien, habrá ocho jóvenes. Si se la permite incubar, la pareja de canarios vivirá numerosos e importantes instintos y comportamientos. O sea que su propietario colaborará a que sus pájaros tengan una vida conforme a su especie. Por otra parte, también éste disfrutará más de ellos. El cortejo, el celo y el apareamiento, la búsqueda del lugar de nidificación y la elección y porte del material para el nido son de observación muy interesante. La construcción del nido, así como la puesta y la incubación le mostrarán tantas facetas nuevas en los canarios que se debería probar, por lo menos una vez. Con idéntico interés se seguirá la alimentación y el crecimiento de los polluelos. Y una vez los jóvenes hayan salido del nido y haya crecido bien, puede que el propietario se sienta aún más orgulloso que los verdaderos padres. Por supuesto, queda el problema de dejar a las crías en buenas manos, pues se les habrá cobrado efecto. Pero casi siempre ocurre que amigos y conocidos las aceptan o que conozcan a gente que desee cuidar de uno o dos canarios que él mismo los acoja.
La condiciones que el aficionado debe cumplir para que la cría tenga éxito no son demasiado complicadas, ni en cuanto al tiempo necesario ni en cuanto a gastos. Seguro que ya dispone de una jaula que sólo tendrá que adquirir el nido. No importa y es cuestión de gustos el modelo que se escoja, de entre los aquí representados. No obstante, voy a dar un consejo: no debe elegir un soporte que sea suficientemente rugoso en su interior como para sujetar bien el verdadero nido.
Se debe ofrecer más variedad de material para la construcción de la generalmente recomendada. En primer lugar se ofrece a la hembra fibras de coco, luego briznas suaves de hiervas, tanto secas como verdes, con las que podrá construir un nido bien resistente. Sólo cuando haya finalizado este armazón, se le darán hilas de lino, así como plumitas, musgo y fibras de raíces. Como todos estos materiales diferentes la construcción del nido tardará algo más pero se estimulará mejor a la hembra para la cría, de manera que casi nunca incubará mal o abandonará la puesta, cosa corriente en caso contrario.
Si un macho y una hembra armonizan bien, apenas habrá peleas serias durante ese tiempo. Al contrario, el macho se ocupará ahora de forma especialmente atenta de su pareja; siempre que pueda la alimentará y la cortejará con más intensidad cada vez. También el canto será de día más fogoso. Al cantar, el macho dará pasito por el posadero y erizará su plumaje. Si la hembra se agacha levantando la cola, el macho salta a su dorso y tras de copular, lo que puede durar sólo unos segundos. Durante este tiempo la hembra dejará oír unos zumbidos. A menudo el macho aprieta mucho el plumaje cuando canta. Si la hembra todavía no está dispuesta al apareamiento, se aparta, con lo que a veces se origina una verdadera cacería. Una hembra muy enérgica, que aún no quiere saber nada de los intentos de aproximación del macho, le picará o dará la vuelta a la tortilla, los miembros de la parejas cada vez se adaptarán más el uno al otro. Entonces la hembra pedirá, cada vez con más frecuencia, que el macho la alimente. Para ello se agachará y abrirá el pico, produciendo sonidos con él, una ceremonia que suele tener éxito.
Al comienzo de la época de celo, estimulada por el canto del macho, la hembra vuela inquieta por la jaula, a menudo con una briza de hierba o una pluma en el pico. Entonces la construcción del nido avanza con rapidez, aunque primero se utiliza material más grueso. Cuando forma y acolcha el hueco del nido, la hembra gira muchas veces en el mismo, de manera que puede fabricar un nido apropiado ayudándose del cuerpo, las patas y el pico.
A veces, apenas está terminando el nido, la hembra pone el primer huevo, si bien también puede esperar unos días. Una vez ha empezado, pone cada día un huevo, hasta completar la puesta al llegar a 4, 5 o 6. Casi siempre pone a primera hora de la mañana. Los huevos son de color verde blanquecino con algunas manchas y puntos oscuros, sobre todo en el extremo más ancho. La hembra suele empezar a incubar a partir del primer canario silvestre, que comienza la verdadera incubación cuando la puesta está completa. Este excesivo afán del pájaro doméstico tiene desventajas para los polluelos, pues salen del cascarón en el orden en que se pusieron los huevos, o sea, cada día uno. En tal caso los más jóvenes suelen perder frente a sus hermanos mayores en la lucha por la comida. Los mayores no tardan en sentarse sobre los pequeños, eliminado la posibilidad de que se desarrollen. Si todo se dejara seguir sin más, sólo se criarían 2 o 3 canarios. Sin embargo, los criadores de canarios se han decidido a corregir este defecto. Le quitan a la hembra el huevo diario, sustituyéndolo por uno de plástico y, sólo cuando la puesta está completa, vuelven a poner en el nido los huevos auténticos sacando los artificiales. En tal caso, los polluelos saldrán de cascarón, con toda seguridad, el mismo día o con un día de diferencia tan sólo por lo que tendrán idénticas posibilidades de desarrollarse bien.
Algunos criadores dejan los huevos de plástico unos días más en el nido. Con ello consiguen que se haya desesperado el instinto de alimentación de la hembra cuando los polluelos salgan del huevo, puesto que éste algunas veces comienza algo más tarde, de modo que los recién nacido todavía no son alimentados. En realidad podrían sobrevivir perfectamente a este período aprovechando las provisiones del saco vitetino, pero existen hembras que sin el instinto de alimentación consideran a los polluelos como cuerpo extraños en el nido y lo abandonan o echan de él a las crías.
La hembras de canarios suelen incubar de forma muy fiables. No obstante, si se posee una hembra joven que incuba por primera vez, hay que tener cierto cuidado con lo que respecta a los controles del nido y a la limpieza de la jaula; de otro modo, la hembra podría abandonar el nido y no seguir incubando. Por el contrario, hay hembras que están tan firmemente sentadas sobre la puesta que incluso se puede levantar para efectuar un control del nido. Inmediatamente después se vuelve a sentar como si no hubiese pasado nada.
La hembra es la única que incuba. Por regla general, el macho la alimenta muy bien, de manera que puede dedicarse exclusivamente a la incubación.Ella sólo suele abandonar el nido por la mañana y por la noche para beber, defecar y estimular la circulación de la sangre. Si la jaula no dispone de espacio para volar, la hembra mueve fuertemente las alas mientras se sujeta al posadero. No hay que asustarse ante las enormes bolas de excrementos que elimina la hembra durante la incubación. Durante este período es completamente normal, ya que retiene la defecación todo el tiempo posible, a fin de no tener que abandonar demasiadas veces el nido.
Tras una incubación de 13 a 14 días los polluelos salen del cascarón. están casi desnudos y sólo llevan unas cuantas plumitas suaves en el dorso y en la cabeza. Los ojos todavía están cerrados y las rosadas fauces están bordeadas por unos engrosamientos blanquecinos del pico. Durante los primeros días la hembra permanece sentada día y noche encima los pequeños se helarían y morirían en en el espacio de pocas horas. Al macho le corresponde la tarea de alimentar a la hembra, que pasa el alimento predigerido del buche a los polluelos. Si un macho no alimenta a su hembra se le debe sacar de la jaula, a fin de que no estorbe a su compañera y la corteja cuando salga a buscar ella misma el alimento para las crías. Sin embargo, estos casos son raros. La mayoría de las veces el macho colabora activamente y también alimenta él mismo a los pequeños si la hembra sale del nido para buscar comida. Ello sucede cuando los polluelos tienen de 4 a 5 días de edad, y a partir de ese momento se ven crecer a simple vista.
Durante apenas una semana la hembra mantiene el nido sumamente limpio, tragando o sacando del nido los pequeños paquetes de excrementos, envueltos en una mucosa, de las crías. Al cabo de ese tiempo éstas habrán aprendido a sacar el trasero por encima del borde del nido cuando defecan, y los excrementos tampoco estarán envueltos en la membrana sino que ya serán como los de los padres.
Con una semana de edad y una vez asoman los cañones de las plumas, los polluelos parecen erizos. Cuando dichos cañones han alcanzado una determinada longitud, se abren y salen las puntas de las plumas. A la edad de 10 a 12 días el dorso ya está emplumado y los jóvenes presentan el aspecto de suaves volitas de plumas. En ese momento muestran también su color y a lo largo de los siguientes días el plumaje se vuelve cada vez más denso y liso. Entretanto se ha emplumado también el vientre, de manera que a los 16 días los polluelos ya presentan el aspecto de verdaderos canarios. Si bien aún son algo pequeños y de cola corta. A los 17 o 18 días suelen abandonar el nido. Algunos se quedan en él unos días más, sobre todo las crías de los canarios grandes y de los de postura. Los volantones suelen orientarse muy bien en la jaula, aunque el vuelo todavía es algo inseguro. Pero ya pueden saltar bien y llegar perfectamente a los aseladeros o ramas, siempre que las distancias no sea demasiado grandes.
Por lo que respecta a la alimentación autónoma, necesitan algo más de tiempo. Al principio los padres siguen alimentando muy bien a los volantones, sobre todo el padre. Sin embargo, los jóvenes son curiosos y tras salir del nido tratan en seguida de alimentarse por sí mismos, aunque los primeros días tengan dificultades para descascarillar los granos. De esta manera se les caen muchos y otros los tragan con cáscara y todo, lo que puede resultar problemático y peligroso para los polluelos. Las semillas no descascarilladas puede que no sean lo bastante digeridas en el buche, el estómago y el intestino y pueden producir inflamaciones intestinales. En este caso, los pájaros sufren diarreas y el abdomen se les hincha y se vuelven rojo. Para prevenir esta enfermedad muchos criadores chafan las semillas antes de darlas a las crías. Lo mejor es efectuar esta operación con un rodillo después de extender las semillas entre dos paños de lino. También se puede descascarillar con un molinillo de café eléctrico, pero éste sólo debe funcionar breves instantes, ya que de lo contrario se rompe las mismas semillas. De esta manera los jóvenes pueden comer granos sin cascarilla y resultan protegidos frente a las inflamaciones intestinales.
Cuando los jóvenes tienen alrededor de un mes de edad, se les puede considerar independizados. Si los padres han de volver a criar se sacan los polluelos de la jaula y se instalan en una propia. En caso contrario se pueden dejar con los padres si se quita el nido y el material del mismo. Sin embargo, a veces la hembra desea criar por segunda o tercera vez y les arranca plumas a los jóvenes. En este caso también es mejor separarlos, aunque sólo sea introduciendo un separador en la jaula. Si los padres ya muestran deseos de seguir criando, toda la familia puede habitar en una jaula o pajarera muy grande. Si se tiene una pajarera con crías en un jaula no demasiado grande, todos debería poder volar por la habitación

20/5/12

Es posible mantener canarios juntos con otros pájarosos

¿Es posible mantener canarios juntos con otros pájaros?
Los aficionados a los canarios frecuentemente me preguntan si sería posible poner otro pájaro junto al canario. Tal vez el lector también busque una respuesta a esta pregunta si sería posible poner otro pájaro junto al canario.
Dado que el canario es muy pacífico puede cuidársele perfectamente junto con otros pájaros. Casi nunca es culpa suya si no se puede conseguir una vida en común armónica, sino del otro. O sea, que éste también ha de ser pacífico si la unión ha de dar resultado.
El pájaro más frecuente que se desea tener, o que ya se tiene, es un periquito. Y es con éste con el que casi siempre el canario hace buenas migas, si bien raras veces se da una verdadera amistad entre estos dos pájaros tan diferentes. Lo mismo ocurre si el canario convive con una cotorra ninfa o con otra cotorra pacífica. Las especies más apropiadas son los periquitos espléndidos (Neophema splendida) y los periquitos elegantes (N. elegans), así como los periquitos de Bourke y de Stanley.
Con otros periquitos y loros existe el peligro de que éstos le den picotazos al canario, sobre todo en las patas, cosa que hacen preferentemente los pequeños inseparable y las cotorritas esmeraldas. Casi no hay problemas si un canario convive con diamantes moteados y otros robustos pinzones tejedores los cardenalitos, los pinzones de color y otros pájaros granívoros de tamaño similar pueden vivir pacíficamente junto con uno o varios canarios. Pueden ser parientes cercanos del canario. Frecuentemente se ofrecen machos sobrantes de verdecillos, verderones y camachuelos extranjeros. A menudo estos pájaros tienen un canto muy bonito y puede trabar una buena amistad con el canario. En tal caso, ambos tendrán un compañero y no habrán de vivir solos.
También pueden tenerse juntos un canario y una tórtola diamante o una paloma del Cabo, e incluso una codorniz enana china. Sin embargo, los pájaros no sacarán mucho provecho de su mutua compañía. Por otra parte, las palomitas y los tordos, al igual que los pinzones exóticos, se encuentran mejor con una pareja propia y apenas harán caso de uno o varios canarios.
Vea pues el lector que si escoge correctamente el compañero de su canario, tienen suficiente espacio y se les cuida de acuerdo con su especie, ambas aves pueden vivir en completa armonía. Un pájaro de especie diferente puede ser la solución adecuada si no desea que los animales incuben y críen, pero tampoco se desea dejar solo al canario. Sobre todo si el lector trabaja y está poco en casa durante el día, los pájaros juntos no sufrirán tanto por este motivo.

19/5/12

Qué problema se derivan de tener una pareja

¿Qué problema se derivan de tener una pareja?
En los capítulos anteriores ya he mencionado que tener dos canarios es la mejor solución y también que, en tal caso, es mejor tener una pareja. Ahora bien, mantener una pareja también causa problemas. Éstos se refieren principalmente a la cría: en primavera los pájaros quieren criar e incubar. Si, por cualquier motivo, usted no lo desea, hay diversas posibilidades de impedirlo. Naturalmente que tales medidas no deben perjudicar ni la salud ni el bienestar de los pájaros.
Por ejemplo, resultaría perjudicial administrar a los canarios un preparado que disminuya el instinto reproductor. Desgraciadamente, tales medicamentos están a la venta y, aunque no suelen servir de nada o de poco, sí pueden dañar a los pájaros.
En algunos casos, no darle material ni ocasión para construir el nido puede disminuir o inhibir el instinto de cría. Pero, la mayoría de las veces, estas medidas tienen como consecuencia que los pájaros comienzan a arrancarse las plumas bien a sí mismos o bien mutuamente. Sobre todo la hembra no dejará de hacerlo. Entonces volará sin descanso con las plumas en el pico en busca de un lugar apropiado para nidificar. El fracaso a menudo frustra por completo al animal, de manera que se vuelve nervioso o ataca al macho.
Tampoco se debe intentar evitar una cría al precio que sea. Lo mejor es darle a la pareja un nidal y material para el mismo, que se ofrecerá poco a poco, primero el material más grueso y luego el más fino. Entonces la hembra se sentirá feliz de poder construir su nido y realizará la puesta, que consta de 3 a 7 huevos. Si en ese momento el propietario ya se ha procurado huevos de plástico, cambiará los verdaderos por éstos. La hembra incubará los huevos de plástico tan feliz como si fueran los de verdad, en los que todavía no hay vida si se sacan inmediatamente después de la puesta. O sea, que no hay por qué sentir remordimientos. Déjese incubar tranquilamente a la hembra. De esta manera se puede vivir una importante parte de su instinto de reproducción, del mismo modo de celo, de apareamiento y de construcción del nido. No se debe mover a la hembra a que, al cabo de 15 días, abandone la incubación quitándose el nido y la nidada. Se la dejará incubar todo el tiempo que ella desee. Normalmente incubará unos días más y dejará de hacerlo por sí misma. Ello será completamente natural y no desilusionará al pájaro tanto como se podría pensar. También entre los huevos de verdad puede ocurrir que no hayan sido fecundados o que los embriones mueran dentro del huevo. En tal caso, las hembras abandonan la nidada al cabo de 16 a 22 días.
A excepción de la cría de los polluelos la hembra habrá vivido una incubación. En ese momento se sacará todo el material, así como el nido, ya que puede ser que el instinto de cría no vuelva a aparecer durante ese año. En cualquier caso transcurrirán unas dos o más semanas hasta que la hembra quiera volver a construir un nido. Entonces se la dejará incubar otra vez tranquilamente los huevos de plástico.
Tal vez esto se pueda considerar cruel y cansado para con la hembra, pero no es cierto o, por lo menos, sólo en pequeñas medidas. Por otro lado, con este método se evita algo que pudiera ser grave para la hembra. Algunos criadores no sabían solucionar el problema de otro modo que quitándose los huevos, bien de uno en uno inmediatamente después de la puesta, o bien toda la nidada de golpe. Ello casi siempre tenía la consecuencia de que la hembra ponía enseguida más huevos. He recibido cartas de aficionados que me escribían desesperados que su hembras habían puesto 30 huevos y más, casi sin descansar un sólo día. El máximo fueron 60 huevos, tras cuya puesta el animal casi murió de agotamiento. Por otra parte, también hay algunas hembras que ponen huevos aunque se las mantenga solas, también a éstas es mejor dejarlas incubar de verdad. De los huevos de plástico no saldrán cría, pero después del período de la incubación la hembra estará feliz y sana.
Como ya se ha mencionado muchas veces la incubación no cansa demasiado a la hembra, por lo que tampoco necesitará una alimentación especialmente fuerte. O sea, no le dará una alimentación de cría, ni alimentos de origen animal, tales como comida blanda o un huevo duro; por lo contrario, además de granos, se le deberá dar mucha verdura.
Si el macho trata de atraer a la hembra fuera del nido para volver a aparearse, colóquele en otra jaula o en otra habitación. Lo mismo se aconseja en el caso de que el macho desee animar a la hembra demasiado pronto después de una incubación.

Son más felices dos canarios juntos

¿Son más felices dos canarios juntos?
Del capítulo anterior ya se ha desprendido que la mejor solución es tener dos canarios. Sobre todo si el dueño trabaja y no hay nadie en casa durante el día para acompañar al pájaro, mantener un canario solo sería casi maltrato. En tal caso es preferible cuidar dos canarios juntos.
Dos canarios a veces se pelean con menor o mayor intensidad, pero estas peleas se alteran con una vida en común armónica y pacifica, en la que los miembros de la pareja se alimentan mutuamente y se siguen como si fueran inseparables. Se pueden prevenir las disputas, que se dirimen principalmente en el comedor o en la rama donde duermen, dándoles a los pájaros todo por partida doble. De este modo se las arreglarán y las peleas disminuyen sensiblemente.
Lo más esencial para los pájaros es la comunicación entre sí. No sólo para que uno de ellos cante mientras el otro escuche, o que ambos canten a dúo, o, aún más, que con sus distintas llamadas se comuniquen muchas cosas. También al lector, como como oyente y observador, el lenguaje sonoro y el corporal de los canarios le dirá mucho y siempre le volverá a fascinar.
No se puede responder claramente a la cuestión de si es mejor tener juntos dos machos, dos hembras o una pareja. Desde el punto de vista de los pájaros es mejor tener una pareja. Desde el punto de vista humano la pareja también trae problemas. Si se juntan dos machos desde muy jóvenes, se suelen llevar muy bien. A veces uno de ellos adoptan el papel dominante, cosa que el otro acepta. También el reunir a dos hembras suelen ir bien la mayoría de veces, si bien a menudo es una compañía algo aburrida. No obstante, algunas hembra carecen completamente de paciencia respecto a las demás. Pero yo he observado también en una ocasión, que una de las hembras se comporta como un macho cantando y alimentando a la otra. Como se puede ver, cada uno de estos pequeños pájaros tiene personalidad propia. No hay ninguno que reaccione igual o otro, lo que le da tanto interés y variedad al trato con ellos.

15/5/12

Es correcto mantener un ave sola

¿Es correcto mantener un ave sola?
Al parecer se cría que un canario, por lo menos si es macho, se debe mantener solo, y tal opinión aún se sostiene hoy en día. El canario macho tiene la "obligación" de cantar, de cantar mucho y, a ser posible, durante todo el año. Para que no se distraiga de su canto la jaula debe elegirse lo más pequeña posible y, de acuerdo a este principio, se siguen escogiendo aun hoy en día los canarios y su jaula.
El que el pájaro cante tanto, se debe al instinto de encontrar pareja. El pájaro silvestre también lo hace y no tarda en tener éxito. Pero una vez ha conseguido emparejarse no deja de cantar. Es más, el canto le sirve de estimulante a la hembra durante toda la incubación, y también la tranquiliza cuando está construyendo el nido o incubando, ya que de esta manera oye que el macho está cerca y que defiende el territorio común. O sea que existe gran cantidad de motivos para que un macho cante cuando tiene una hembra junto a él.
El canario macho tal vez cante menos si tiene una hembra, pero con toda seguridad su canto será más variado. Por lo tanto, ¿no es mejor oírle cantar menos pero con más ganas? Según me digo la señora H. Fachinger, también una hembra es capaz de imitar a la perfección el canto del macho. Dicha señora ha de mirar bien para reconocer cuál de sus dos canarios está cantando. No obstante, no todas las hembras se alternan en canto con su macho, ya que no todas tienen las suficientes dotes.
Centrémonos ahora en la cuestión de las jaulas y su influencia sobre la abundancia de canto en el macho. En una jaula grande, o sea, en un alojamiento correcto, he oído cantar a los canarios con la misma frecuencia que en una jaula pequeña. La ventaja de la jaula grande estriba en que los pájaros se mantienen sanos y vivarachos durante más años, pues los movimientos que pueden hacer los mantienen en forma. Incluso en una pajarera o dejándolos volar libremente por la habitación no es de esperar que el canario abandone o descuide su canto. Quizás cantará menos, pero será más alegre y variado. Para algunos criadores esto puede sonar a herejía, pues han enseñado a sus emplumados alumnos un determinado canto, lo más perfecto posible. Ello es un gran logro de estos criadores, que no pretendo disminuir sino ensalzar, pero ¿no ocurre que se han visto afectadas la variedad y la espontaneidad del canto del canario?.
Si de verdad se quiere tener un canario aislado, se tendrán que cumplir determinados requisitos. Adquiera un pájaro lo más joven posible, al que será más fácil acostumbrarse a los seres humanos y olvidar a sus congéneres. Un pájaro así se vuelve muy fiel y manso, y se sentirá ligado, en cierto modo, a su cuidador. En tal caso considerará a las personas como sus congéneres, de manera que ya no echará de menos a otros canarios, pero la persona que lo cuida también tendrá más responsabilidades y deberes. Sobre todo, no se debe dejar al canario habitualmente solo durante período largos. O sea, si el propietario trabaja y el pájaro ha de estar todo el día sin compañía ya se puede hablar de maltrato. Por el contrario, un ama de casa o un jubilado puede tener perfectamente un pájaro solo, puesto que la mayor parte del tiempo tendrá al alguien a su alrededor y se sentirá contento, incluso feliz.

14/5/12

Vuelo libre por la habitación

¿Vuelo libre por la habitación?
La respuesta sólo puede se un rotundo sí. Si no se dispone de una pajarera tan larga como una habitación, el pájaro debe poder volar libremente y cuando más y más a menudo, mejor. Incluso si se ha comprado una jaula que, a nuestros ojos, parece suficientemente grande para nuestro protegido, siempre será demasiado pequeña para permitirle volar. Un canario ha de volar con fuerza y durante largo rato para estimular su circulación y su metabolismo. Sólo en ese caso permanecerá absolutamente sano. Los mejores cuidados y el mejor alimento no sirven de demasiado si el animal no puede conservar sus condiciones físicas. Y ello sólo le es posible volando con frecuencia.
Si se le quiere proporcionar al nuevo canario vuelo libre, es mejor esperar de uno a tres meses. Durante ese tiempo podrá familiarizarse totalmente con su jaula y también reconocer la disposición de la habitación. Lo mejor es sujetar ya días antes una ramita en la jaula, pero de tal forma que sobresalga junto a la puerta tanto hacia dentro como hacia fuera. Dicha rama será su guía para salir pero también una señal del camino hacia dentro y un punto de aterrizaje. A menudo, el pájaro sólo se atreve a salir de su jaula si cuenta con la ayuda de una rama de este tipo.
Antes de que deje salir al pájaro de su jaula, su propietario debe asegurarse de que las ventanas estén cerradas. Cerrará también las cortinas pues un pájaro no puede reconocer los cristales. Vuela hacia la luz y, si choca contra el cristal, puede desnucarse. En cualquier caso sufrirá heridas y un shock si choca con fuerza contra la ventana. Pero incluso si el pájaro conoce los límites de la habitación y evita los cristales, es mejor correr las cortinas. Por poco que se asuste por algo, puede chocar contra ellos y sufrir daños.
Es mejor que siempre haya alguien el la habitación mientras el pájaro disfruta de su vuelo libre, ya que también puede sufrir algún accidente que no se causado por los cristales de las ventanas. En una vivienda hay más fuentes de peligro para él de las que nosotros sospechamos. Así, puede quedar enganchado con las uñas en la tapicería de los muebles o en un cojín de adorno, o caer detrás del armario o dentro de un florero o una pantalla de lámpara abierta hacia arriba. También es fácil que picotee plantas venenosas o que trague cuerpos extraños o alimentos inadecuados.
Si al principio el pájaro no se encuentra el camino de regreso a la jaula, debe dejársele dormir en el lugar que haya elegido. A la mañana siguiente ya lo logrará, sobre todo si el hambre le impulsa a buscar. Si continúa teniendo dificultades, deberá colocársele un comedero y un bebedero lleno cerca de la entrada a la jaula. Sin embargo, se debe procurar no alimentar fuera de la jaula a un pájaro que se encuentra la entrada pero que no quiere regresar, ya que si no siempre se tendrán dificultades con él y siempre se tendrá que atraer con algo.

10/5/12

Jaulas y pajareras adecuadas

Jaulas y pajareras adecuadas
Desgraciadamente la mayoría de jaulas para canarios que existen en el comercio no sólo son demasiado pequeñas, sino que también presenta una contrucción poco apropiada, aunque cabe descartar una mejoría en los últimos tiempos. Como ya se ha mencionado en el capitulo anterior el pájaro ha de poder volar, lo cual es posible si se disponen correctamente los posaderos, a partir de una longitud de jaula de 60 cm. Ésta es la longitud mínima que el lector debería tener en cuenta al comprar una jaula, si bien aún es mejor aumentarla en 20 o 40 cm. La altura también debería ser, al menos, 60 cm y la anchura de 40 cm. En una jaula así caben uno o dos canarios.
Se debe procurar que la jaula sea rectilínea, o sea que no tenga adornos y ángulos superfluos, en los que el pájaro podría quedar enganchado con su pico o sus dedos. Además, una jaula con paredes de barrotes rectos y de forma rectangular es más fácil de limpiar. Si el lector no puede prescindir de una jaula recargada y adornada, es mejor que aloje en su interior un pájaro de peluche.
Lo mejor es que al comprar pregunte por una pajarera pequeña o de interior. Es posible que más de un vendedor no tenga tales pajareras en su tienda, pero posee catálogos de los fabricantes, en los que seguramente aparecerán pajareras útiles. En tal caso, debería encargarla o ir a un comerciante que se la pueda mostrar.
Hasta ahora sólo hemos hablado de jaulas provista a su alrededor de tela metálica. Una jaula de este tipo tiene sus ventajas y sus inconvenientes frente a las que tienen forma de cajón. En una jaula de rejilla el pájaro recibe luz por todas partes, pero también corrientes de aire. Además, puede volverse tímido o muy asustadizo. De una jaula con rejillas en todas las caras suelen caer muchas cosas: plumitas, cascarillas, a veces también comida y arena. Con frecuencia es difícil de limpiar, puesto que tiene las puertas demasiado pequeñas y la jaula misma es demasiado grande. A veces es dificultoso llegar bien a los comederos y bebederos, y a menudo sólo se consigue mediante movimientos acrobáticos de la mano. En el mercado existe pocas jaulas de barrotes que carezcan de los citados inconvenientes o deficiencias.
Una jaula en forma de cajón suele estar abierta sólo por un lado, pero también el techo y/o uno o ambos lados pueden estar provisto de barrotes o rejillas metálicas. A menudo esto se puede combinar de forma individual según la situación y entrada luz. Actualmente existen varios fabricantes que ofrecen jaulas en forma de cajón de tamaño diversos, ya sea de madera (con laminado plástico) o de plástico. este tipo de jaula o pajarera tiene ventajas e inconvenientes: ofrece mayor seguridad y protección porque sólo está abierta hacia uno o dos lados. El inconveniente es que suele ser más oscuras que una jaula construida totalmente de barrotes. Tanto para el pájaro como para el observador son convenientes unos diminutos fluorescentes situados bajo la parte anterior del techo. El pájaro tendrá luz, sobre todo durante los días oscuros y cortos de la temporada invernad (cuando el pájaro debería contar con una iluminación prolongada hasta 14 horas). En una jaula-cajón el pájaro podrá retirarse cuando haya demasiado jaleo en su entorno, lo que, no, obstante hará que se vuelva menos manso. Sin embargo, si uno se ocupa correctamente de sus pájaros ellos no es de temer. Si la jaula tiene un zócalo alto y por encima del mismo cristales o plástico transparente en el o los lados abiertos, no suele caer la suciedad. Y, por lo que respecta a la limpieza, estas jaulas y pajareras presenta además otras ventajas: casi siempre se puede abrir todo el lado anterior como una puerta, o bien existen rejillas que se pueden quitar fácilmente. Esto significa que es fácil lavar y limpiar la jaula, sin tener que efectuar movimientos extraños. Si el pájaro no puede volar por la habitación mientras se está limpiando la jaula, ésta habrá de ir provista de un separador a fin de que el canario pueda permanecer en un lado mientras se está limpiando el otro. Dichos separadores de madera o plástico se pueden sustituir por una rejilla, lo cual es ventajoso se se han de separar por cierto tiempo dos pájaros o si, por ejemplo, existen crías ya autosuficiente que estorbarían a los padres. Los jóvenes pueden incluso ser alimentados por el padre a través de una rejilla; así se dispondrá, por ejemplo, si la madre les arranca las plumas. De esta manera no les puede ocurrir nada.
También es fácil construirse uno mismo un cajón-jaula, e incluso se puede transformar un armario pequeño, tal como un armario de cocina, en una jaula. La mayoría de las veces estos armarios están laminados con plástico, o sea que se pueden lavar bien. En este caso lo único que se ha de hacer es construir la parte anterior con rejillas. La parte inferior ya es más complicada de realizar, ya que interesa que no puedan caer plumas o cascarillas al suelo. Deberían planearse puertas abatibles o correderas de plástico que cerraran bien.
el lector ha de decidir por sí mismo si desea construir cajones para el fondo. A mi entender son demasiado pesados, sobre todo si están llenos de arena y en tal caso cuesta de mover, ya que las plumas y las cascarillas suelen meterse entre el cajón y las paredes de las jaulas. Es mejor prever un zócalo de 8 a 10 cm de altura y utilizar el aspirador para sacar las arena, las plumas y los restos de comida.